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Los territorios ucranianos de Zaporizhzhia, Kherson y el Donbás anunciaron referendos para anexarse a Rusia

La incorporación de Donetsk y Lugansk a la órbita legal del Kremlin supondría una escalada en el conflicto en curso. Ucrania respondió de inmediato y prometió “liquidar la amenaza rusa”.

20/09/2022

Los separatistas respaldados por Moscú en la región oriental de Donbás en Ucrania y las autoridades pro-Kremlin en las regiones ucranianas de Kherson y Zaporizhzhia, controladas por Rusia, dijeron el martes que realizarán referéndums para convertirse en parte de Rusia del 23 al 27 de septiembre.

Las votaciones se llevarán a cabo en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk que el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció como independientes poco antes de invadir a Ucrania en febrero, según funcionarios y agencias de noticias.

También se realizará una votación en la región sur de Kherson, que las tropas de Moscú capturaron en los primeros días de la ofensiva de Rusia en Ucrania, y en la región de Zaporizhzhia, anunció la agencia oficial rusia RIA Novosti.

Su integración en Rusia supondría una gran escalada del conflicto en Ucrania, ya que Moscú podría decir que está defendiendo su propio territorio de las fuerzas ucranianas.

“El Consejo Popular dictaminó fijar los días del referéndum del 23 al 27 de septiembre”, dijo el oficial separatista Denis Miroshnichenko citado por el portal de noticias Lugansk.

Poco después, la agencia oficial de noticias de Donetsk anunció que en las mismas fechas se realizaría un referéndum en su territorio.

En una declaración separada, el líder del grupo rebelde de Donetsk, Denis Pushilin, pidió a Putin que considere que la región se convierta en parte de Rusia “lo antes posible”.

“El sufrido pueblo de Donbás merece ser parte del Gran País, al que siempre consideraron su Patria”, dijo Pushilin en las redes sociales.

“Estoy seguro de que la entrada de la región de Kherson en la Federación Rusa asegurará nuestro territorio y restaurará la justicia histórica”, dijo el jefe de esa región instalado en Moscú, Vladimir Saldo, en un comunicado anunciando la votación de septiembre.

Agregó que era una “decisión necesaria ante los constantes actos de terror de las fuerzas armadas de Ucrania y los países miembros de la OTAN que suministran armas para matar civiles en nuestro suelo”.

“Hoy he firmado una ordenanza sobre la celebración del referéndum sobre la pertenencia territorial de la región”, anunció asimismo el jefe de la administración de ocupación en Zaporizhzhia, Yevgeny Balitsky. “Esta es la voluntad de los habitantes de la región de Zaporizhzhia y nadie tiene derecho a impedirnos ejercer nuestro derecho a la libre determinación”.

Según fuentes cercanas a la presidencia rusa, Putin hablará sobre los referéndums de anexión más tarde durante la jornada de hoy.

Ucrania respondió de inmediato y prometió “liquidar” la “amenaza” rusa, poco después del anuncio de la celebración de los referendos.

“Ucrania va a solucionar la cuestión rusa. La amenaza sólo puede liquidarse por la fuerza”, escribió en Telegram el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak, quien denunció un “chantaje” por parte de Moscú motivado por “el miedo a la derrota”.

La retirada de las tropas rusas de la región nororiental de Kharkiv, la contraofensiva ucraniana en el sur y el avance de las tropas de Kiev hacia Lugansk ha provocado el nerviosismo de los dirigentes prorrusos, que debían celebrar la consulta el próximo 4 de noviembre, coincidiendo con la fiesta nacional rusa, según adelantó en su momento el partido del Kremlin, Rusia Unida.

Por la urgente reacción de la Duma o cámara de diputados rusa, que respaldó hoy las aspiraciones de los separatistas ucranianos, está claro que dichas convocatorias fueron consensuadas con el Kremlin.

Eso sí, nada más conocerse la noticia, las bolsas rusas sufrieron la mayor caída, un 8,84 %, desde el inicio de la campaña militar rusa el pasado 24 de febrero.

Gran parte del área industrial de Donbás ha sido controlada por separatistas respaldados por Moscú desde 2014, después de que las manifestaciones en todo el país derrocaran al presidente ucraniano, aliado del Kremlin.

Rusia anexionó ese mismo año la península ucraniana de Crimea, operación que fue confirmada por un referéndum precedido por una intervención militar, y que es denunciado como ilegal por Kiev y Occidente.