Sinónimo de la cultura popular, con su música resignificó la movida tropical y la puso a lucir en aquellos espacios que antes incomodaban, un músico que brilló y que su partida fue trasladada a la inmortalidad por el identitario santiagueño.
Recorrió la provincia y el país como pocos artistas locales lo han logrado, su presencia era sinónimo de fiesta y baile y no solo para las clases populares, su música supo escapar a la lógica de las segmentaciones sociales y hacer vibrar las casas de las familias más humildes, como de las más pudientes. Jorge Véliz, un artista que flameó la bandera de la cultura popular y la exhibió con total orgullo.
El diccionario popular ha logrado que los términos guaracha y Jorge Véliz sean sinónimos, dos significantes infinitos que no pueden ser pensado el uno sin el otro.
Jorge Véliz.
Su carrera musical comenzó a brotar en la década de los 70 junto a su hermano Marcelo Véliz, artista que nos compartió su baúl de los recuerdos y nos ayuda a reconstruir la vida de un personaje clave en el diverso colectivo identitario santiagueño. Allá cuando la provincia, al igual que el resto del país, era sacudido por las políticas liberales de la última dictadura cívico militar, un "changuito santiagueño" se encontraba con sus primeros instrumentos musicales gracias a la osadía de su padre.
Los vecinos del barrio Juan Felipe Ibarra de la ciudad Capital fueron testigos del resonar de los primeros acordes de aquellos hermanos Véliz, que sin saberlo, le regalarían a esta provincia motivos interminables para levantar el polvaderal en los patios de tierra.
Jorge Véliz.
En 1978 Los Soñadores fue la primera banda que logró conformar junto a su hermano Marcelo Véliz, César Mansilla, Armando Soria Orlando Ferreyra y Luis Vegas, allí se compusieron los temas de “Morena linda de mí amor” y “Aquella negra” que fueron abriendo paso a un ritmo más movido y cercano a la guaracha santiagueña como hoy se la conoce.
Luego la banda decide abrirse y los hermanos Véliz junto a César Mansilla deciden armar El Quinteto Esmeralda.
Popularidad y abrupto final
Jorge Véliz había alcanzado el reconocimiento que ningún otro músico de la movida tropical se hubiese imaginado. Su presencia era sinónimo de multitudes, pero así como la fama y la popularidad lo obligaban a cumplir con todas las expectativas de sus seguidores, sumar fechas a sus giras cada vez más extensas, se fueron convirtiendo también en un arma de doble filo.
“Ahí tuvo mucho que ver el entorno, ese entorno posiblemente podría haber tenido mucho más cuidado”, analiza su hermano Marcelo. “Creo que la misma profesión lo terminó llevando a ese final tan lamentable” añade mirando fijamente el piso buscando tal vez alguna explicación a tamaña pérdida.
Despedida.
Aquel 10 de abril del 2012 estando en la sala de espera de un sanatorio un infarto lo hizo caer al suelo, aún no así no se dio por vencido y logró superarlo, pero lamentablemente un segundo infarto se apoderó y dejó sin vida al ultimo de siete hermanos. El clamor de su muerte conmovió a toda una provincia que lo lloró, lo dueló y hoy se lo recuerda en cada canción. Jorge Véliz ese artista que supo hacer bailar al pueblo trabajador y llevar alegrías incluso en los días más inciertos.