Así lo aseguró en diálogo con Radio Panorama la jueza de género Norma Morán tras el caso que tuvo lugar en el barrio Industria. Destacó que la mujer atacada por su expareja se recupera favorablemente.
Un nuevo caso de violencia de género conmocionó a la sociedad santiagueña durante la tarde de este lunes, luego que un hombre apuñalara a su expareja para luego quitarse la vida. Milagrosamente, la víctima fue asistida a tiempo y salvó su vida a pesar de la gravedad de sus heridas.
En comunicación con Radio Panorama, la jueza de Género Norma Morán vertió algunas consideraciones en torno a este caso particular y a la problemática de la violencia hacia la mujer y los femicidios, que aquejan a la sociedad argentina en general y santiagueña en particular.
En tal sentido, la magistrada consideró que "la violencia de género no conoce de clases sociales, tiempos de pandemia y horarios".
Morán destacó que en este caso puntual "se trata de un femicidio en grado de tentativa, ya que la mujer se encuentra en un estado controlado".
Recordó que el 27 de agosto la víctima "había formalizado una denuncia en la Comisaria del Menor y la Mujer, oportunidad en la que se activaron medidas restrictivas. El 28, activó el botón antipánico y posteriormente ratificó la denuncia en el Ministerio Público Fiscal".
El día del ataque, el hombre de apellido Ledesma citó a la víctima en una plaza de avenida Moreno y Libertad, donde ella asistió con su hijo de 23 años. Allí le solicitó retomar la relación, a lo que ella se negó rotundamente.
"Le pidió regresar a la casa y ante la negativa, los esperó en la vivienda del barrio Industria" relató, en relación al ataque que terminó con el suicidio del potencial femicida. Actualmente, la damnificada se recupera en el hospital Regional donde permanecerá internada por algunos días, para superar una grave herida en la espalda que sin embargo, estaría controlada por los médico.
Problemática social y cultural
La jueza Morán puso el acento en la particularidad de cada caso de violencia de género, sin embargo, hizo hincapié en "los patrones que se repiten" en "círculos de violencia que están consolidados, en los que se produce una naturalización de que la mujer acepte la violencia simbólica, física y psicológica".
"En este caso la pareja tenía 27 años de relación e hijos grandes. Había una dependencia económica y al ser una relación asimétrica en el transcurso de tantos años se vuelve natural esa dependencia. Uno de los paradigmas que se ha instalado con la visibilización de la violencia de género es la autonomía personal de la mujer. A la Justicia le llega la noticia con el hecho consumado, pero tenemos que lograr el empoderamiento de la mujer como un fin en sí mismo. Permitirle que adquieran herramientas para abordar estar problemática de manera adecuada y recomponer su autoestima después de estos procesos de degradación personal a los que han sido sometidas", destacó.