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Locales

Colonia Dora, una tierra con mucha historia

Un recorrido por esta ciudad demuestra que tiene mucha más historia de la uno cree, o que popularmente se conoce. Este informe de Noticiero 7 te la cuenta.

25/05/2021

Al 160 kilómetros del sudoeste de la capital santiagueña se encuentra la ciudad de Colonia Dora, en el departamento Avellaneda.  Un lugar con mucha historia, pero poco conocida por la gente que no pertenece a dicha ciudad.

Al recorrer Colonia Dora, se destaca una antigua construcción, que contrasta con las viviendas vecinas. Una gran casona de arquitectura europea a la que el paso del tiempo ha dejado sus huellas.

Víctor Gauna y Guillermo Cerutti, periodista y camarógrafo de Noticiero 7, llegaron a Colonia Dora y hablaron con Miguel Pajón, historiador y docente de la ciudad, quien les contó que la casona fue construida en 1890 por pedido de Antonio López Agrelo, un agregado económico portugués.

Tal vez por su visión de futuro o por información de importantes conexiones de la clase política, hicieron que Antonio López Agrelo comprar un terreno en un campo de Colonia Dora, por donde años más tarde pasarían las vías del ferrocarril, lo que revalorizó los terrenos adquiridos representando un gran negocio.  

Según los registros históricos, esta casona sería la primera gran construcción que dio pie al nacimiento de lo que es hoy Colonia Dora. “Antonio López Agrelo fue el propietario y quien mandó a construir la casona, pero él no vivió aquí. Tal vez haya venido 2 o 3 veces. Quién si vivió durante mucho tiempo fue su hijo, Antonio López Lastra, a quien muchos confundían con su padre”, relató Miguel Pajón.

En el inicio de Colonia Dora convivieron muchos inmigrantes. Según se evidencia en la historia, al menos 18 colectividades convivieron en la ciudad del sudoeste santiagueño.

Alemanes, judíos, polacos, turcos, armenios, entre otros, llegaron a Santiago del Estero huyendo de la guerra y buscando su progreso.

Vivieron durante muchos años y convivieron de manera armónica todas las colectividades, quienes, inclusive, tuvieron negocios juntos.

Los registros históricos hablan de la llegada de 83 familias a Colonia Dora. Muchas se quedaron, mientras que otras se fueron paulatinamente con el pasar del tiempo. Una de las mayores huellas históricas de la comunidad judía fue un cementerio, ubicado al oeste de lo que es hoy el casco urbano de Colonia Dora.

Allí se sepultaron a los miembros de la colectividad, con todos los rituales que su religión les indicaba. Al ser el único cementerio judío, allí trasladaron los restos de judíos de ciudades aledañas, inclusive hasta de la ciudad Capital.