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Tamara Paganini contó la dura vida que afrontó luego de Gran Hermano

La crisis del 2001, la constante persecución de sus fans, y el miedo a salir de su casa fueron algunos de los momentos más difíciles en su carrera.

19/03/2021

Se cumplieron 20 años del estreno de Gran Hermano en la Argentina. La primera edición la hizo Telefe y el ganador fue Marcelo Corazza. En tanto, la subcampeona fue Tamara Paganini, la rubia que dio que hablar dentro y fuera de la casa.

Tamara se fue alejando de los medios de comunicación un poco abrumada por la repentina fama que le dio el programa al que entró después de que se anotó su novio.

"Si no doy notas, si no salgo más en la tele, la gente se va a olvidar de mi cara. Y ya está, voy a poder caminar tranquila por la calle’. Yo me tenía que disfrazar de hombre para salir caminando. A mi novio también lo perseguían mucho: un día lo hicieron chocar con el auto para sacarle una foto. Incluso, tenía que subir por arriba de los techos para salir del otro lado de la manzana y poder salir a trabajar. Estaba encerrada en mi casa. Salí después de cuatro meses y pasé de estar encerrada en mi casa. No podía conseguir trabajo, me tenían que ir a hacer las compras... era como si tuviera covid”, relató Paganini en el programa Hay que ver del Nueve.


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Y agregó: “No podía ir a visitar a nadie. No podía tomarme un colectivo, un tren, gasté una fortuna en remises. Y tuve experiencias al nivel de un rockstar: quizás alguien se daba cuenta de que yo estaba arriba de un auto y se paraba el tránsito en Avenida del Libertador. La gente se empezó a bajar de sus autos, los autos se quedaban vacíos y todos golpeándole al remisero el auto”.

"Mi plan era, si tenía una mínima chance de ganar, comprarle la casa a mis viejos. Quería mejorarles un poco la vida. Gané 39 lucas, y todavía era el ‘1 a 1′. Para comprarle una casa a mis viejos no me alcanzó, pero les di plata para que la inviertan. Invirtieron en el 2001, imaginate como les fue. La plata de GH desapareció así...”, contó.

Le alcanzó para vivir durante tres años, hasta que llegó un momento en el que “no tenía un peso".

"Literalmente, no tenía para comer. Yo estaba viviendo con la Pato (compañera de Gran Hermano) y lo único que había eran unas berenjenas que estaban medio podriditas. Me fui, Pato llegó a casa y cuando vuelvo le pregunto: ‘¿Y mis berenjenas?’ ‘Las tiré, estaban todas podridas’, me dijo. ‘Pato, es lo único que teníamos para comer’. Y ahí nos fuimos a la bolsa de basura a sacar las berenjenas, porque era lo único que teníamos”, recordó.

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