Josefa viajó a Tucumán para una cirugía luego de que reapareciera el cáncer que tuvo hace 10 años. Tras un mes de ausencia, sus hijos y nietos prepararon una pequeña sorpresa en su casa en el barrio Parque Industrial, en La Banda.
Alerta spoiler: la mujer que entra primero es su hermana, Teresa, que tampoco sabía de la sorpresa.
El pasado jueves Josefa volvió a su hogar luego de pasar un mes en Tucumán, donde debieron operarla de cáncer de mama. La vecina del barrio Parque Industrial jamás imaginó que sus hijos y nietos iban a esperarla de esa manera.
Josefa tuvo cáncer hace 10 años, y gracias a los controles anuales, con una mamografía lo encontraron a tiempo y pudo operarse sin complicaciones. Sabía que podía ocurrir, todo paciente oncológico sabe que el cáncer puede volver, y así fue que se enteró en plena pandemia que otra vez tenía que empezar de nuevo.
Pasó dos veces por el quirófano entre noviembre de 2020 y marzo de este año hasta que finalmente los médicos le sacaron todo lo malo, esta vez de su mama izquierda.
La sorpresa de su familia
Con la complicidad de su hijo, que fue a buscarla a Tucumán, sus hijas y nietos organizaron una bienvenida en su casa para esperarla. Llegó con su hermana, la mujer que entra primero. Ella tampoco sabía nada y su rostro da cuenta de la sorpresa que se llevó.
“Jamás me imaginé esto”, dice entre lágrimas, y fiel creyente, no para de agradecerle a Dios “por todo lo bueno que me da”.
El diagnóstico no es el final, es sólo el comienzo.
Todo va bien, hasta que en un control de rutina, los resultados llaman la atención del médico y te piden otro estudio, y otro más específico, y quizás uno más hasta que llega la noticia que a nadie le gusta escuchar: tienes cáncer.
Durante muchos años se pensó que esa frase era la final, hasta que se comprobó que no era cierto, que el diagnóstico es sólo el comienzo de una batalla, porque encontrado a tiempo, el cáncer tiene cura.
Todos conocemos a más de una persona que tuvo o tiene cáncer, pero sólo cuando toca de cerca, se logra entender la importancia de tener el apoyo y la contención de las personas que queremos.
Pelear no es fácil; es literalmente entrar en una batalla entre terapias invasivas, medicamentos fuertes, internaciones, cirugías, trámites burocráticos; una larga lista que sin una red de sostén que haga el aguante y ayude, se vuelve mucho más difícil.
Un paciente con cáncer vive el día a día y tiene miedo, aunque se muestre fuerte, y justamente esa contención va a cumplir su función cuando el miedo se apodere y lo haga pensar que no puede más.
Este video es de ese momento que toda la familia de Josefa soñaba: recibirla de nuevo en casa, con otra batalla ganada; igual a como lo hizo 10 años atrás en la primera operación.
Quizás muchas familias se sientan identificadas con este reencuentro feliz; y a todas aquellas personas que fueron sostén y dieron ese abrazo sin saber que era el último; sepan que su lucha no hubiese sido la misma sin ustedes. La medicina hace lo suyo, y el amor de los seres queridos acompañará hasta el final.