Locales

José Neder: “Cada vida es única e irrepetible”

El senador nacional fundamentó su posición negativa con respecto a la Ley del aborto.

30/12/2020

En el marco del tratamiento del proyecto de Ley sobre Regulación del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a la atención Postaborto, el senador nacional José Emilio Neder planteó su posición en oportunidad de fundamentar el sentido de su voto, que fue en contra.

Al respecto, Neder señaló: “En cuanto a este proyecto, lo primero que quiero expresar es que la vida humana comienza con la fecundación. Esta conclusión es una certeza científica, avalada por la Academia de Medicina. No se trata de una hipótesis, sino que repito, nos estamos refiriendo a una certeza.

Esto es así porque en el maravilloso y sublime momento de la fecundación, la unión del pronúcleo femenino y masculino da lugar a un ser con una individualidad cromosómica y con carga genética de sus progenitores. Si no se interrumpe esa evolución, se producirá el nacimiento. De nuevo: hablamos de una certeza.

Entonces, podemos inferir con plena seguridad que desde la biología el niño por nacer es científicamente un ser humano, cuya existencia comienza a partir de la concepción. En consecuencia, eliminar un embrión humano significa impedir el nacimiento de un ser humano.

Por lo tanto, cuando en este caso se habla de la autonomía de la mujer, muy respetable por cierto, no podemos dejar de contemplar una situación fundamental: también hay que tener en cuenta que hay otra presencia, que ya existe otro ser.

El niño por nacer ya existe a partir de la concepción, lo cual está avalado por nuestro Código Civil. Este es el enfoque legal y constitucional del tema que estamos tratando porque el Código Civil, en su artículo 19 en cuanto a la existencia de la persona humana, dice que comienza con la concepción.

Por eso marco la diferencia con este proyecto que trata de establecer que la vida comienza en la semana número 12, cuando el Código Civil sigue manteniendo que es a partir de la concepción. Al respecto, no es compatible modificar una Ley penal dejando vigente ese Código Civil, es algo que no observa una armonía necesaria e imprescindible en cuanto al diseño de nuestro sistema jurídico.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos afirma que toda persona tiene derecho a que se respete su vida, y estará protegido por la ley, en general, a partir de la concepción. En cuanto a la Convención de los Derechos del Niño, establece claramente que la vida del niño comienza y se protege a partir de la concepción.

Por lo expuesto y definitivamente, para el sistema legal y constitucional argentino la vida comienza con la concepción, y tiene que ser respetada.

El futuro de una sociedad son los hijos. Esta afirmación tiene una envergadura social enorme, máxime en un país como Argentina que se ha caracterizado siempre por ser una Nación abierta e inclusiva, reflejando en estos valores parte sustancial de nuestra idiosincrasia.

Con respecto al problema de salud pública que se plantea, mi opinión es que es posible reducir la mortalidad materna sin tener que recurrir a la legalización del aborto.

Ampliando el marco de fundamentación, considero que ello se logrará fortaleciendo el acceso a servicios de salud calificados para todas las embarazadas durante el embarazo, el parto y el puerperio; la educación, la información y la prevención para el control de la propia fertilidad.

También quiero hacer una mención a la posición del Papa Francisco, quien afirmó que la legalización del aborto conllevaría una violación a los Derechos Humanos, teniendo en cuenta que es un problema humano previo a cualquier opción religiosa.

En el espíritu del magisterio del Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti, nos recuerda que sólo si la persona es considerada un valor primario se podrá transitar con decisión y esperanza el camino hacia un encuentro, tendiendo puentes y curando las heridas nacidas de las injusticias y desigualdades que aquejan a los más débiles y excluidos.

Por su parte la Conferencia Episcopal Argentina, a través de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, exhortó a defender el valor y el respeto por la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural.

Cada vida es única e irrepetible, y no se puede descartar. Aún si fuera legal, no sería algo justo. Por eso hay que avanzar en una agenda que acompañe y apoye, cuidando y dignificando todas las vidas. Ese es el modelo a impulsar. No hay que sobreponer los derechos de unos por encima de los de otros.

Para finalizar, valoro las diferentes posiciones de cada una de las senadoras y de los senadores, porque soy un convencido de que el disenso respetuoso es una virtud de la democracia.

Este proyecto trata de algo muy delicado donde sus consecuencias no son corregibles, sino irreversibles, así que por lo tanto voy a proceder desde mi convicción cristiana y humanista, aplicando mi objeción de conciencia al tema que estamos abordando. Mi voto es en contra”.