El estado finlandés acumuló provisiones en lugares secretos para una contingencia: bélica, económica, climática, informática y sanitaria. Lo hacen desde la Guerra Fría y por eso no tiene escasez de mascarillas.
En medio de la crisis de coronavirus, numerosos países buscan desesperadamente por todo el mundo como asegurar un suministro fiable y constante de equipos de protección personal (EPP).
Otros se acusan mutuamente de acaparamiento, de negociar solapadamente o utilizar su músculo económico para hacerse de estos elementos vitales en la lucha contra el contagio.
A Finlandia, sin embargo, la pandemia no la tomó desprevenida.
Gracias a la Agencia Nacional de Abastecimiento de Emergencia (HVK, por sus siglas en finlandés), Finlandia lleva décadas almacenando provisiones en lugares secretos por todo el país como contingencia para hacerle frente a todo tipo de crisis: bélica, económica, climática, informática y sanitaria.
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El 23 de marzo, el Ministerio de Asuntos Sociales y de Salud -que supervisa a HVK- declaró que, bajo las actuales condiciones de emergencia por el coronavirus, era justificable poner a disponibilidad los suministros médicos y equipos de protección en reserva.
Equipos viejos pero funcionales
Desde las épocas de la Guerra Fría, el país nórdico no echaba mano a esas reservas que además incluyen alimentos, combustible, herramientas agrícolas y hasta insumos para la producción de armas.
En esta ocasión, el ministerio solicitó a HVK a descentralizar suministros médicos y equipos de protección personal a los cinco distritos hospitalarios en Finlandia, dando comienzo a una cadena de distribución que llegará a todas las áreas necesitadas de servicios de salud y bienestar.
Según un comunicado referido a BBC News Mundo por el Ministerio de Asuntos Sociales y de Salud, Finlandia está bien preparada para la epidemia de coronavirus, con "una buena cantidad de equipos de protección personal necesarios para examinar y tratar a los pacientes de coronavirus".
Estos suministros están disponibles por todo el país, pero también se pueden transferir de una región a otra que presente más casos de la infección, de ser necesario.
Además de que los hospitales se han abastecido de nuevas existencias, Finlandia también tiene una acumulación de EPP en sus almacenes de emergencia que, aunque con fecha caduca, están en buenas condiciones de funcionamiento y su buen estado verificado por el Centro de Verificación Técnica de Finlandia en febrero de 2020.
"Hemos seguido las instrucciones de almacenamiento del fabricante, manteniendo los protectores limpiados de fábrica en su embalaje original a una temperatura ambiente constante y protegidos de la humedad y la luz", declaró Jyrki Hakola, director del Departamento de Producción Básica de HVK.
El país, además, está explorando la posibilidad de lanzar su propia producción de suministros médicos para complementar lo que ya posee y lo que ha logrado negociar en los mercados internacionales.
La historia justifica las medidas
El entonces llamado Ministerio de Abastecimiento de Emergencia se estableció a finales de 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, desde los años 1920, el país nórdico estudiaba y aplicaba el almacenamiento de suministros de emergencia en varios sectores de la economía en caso de guerra.
Su historia y su locación geográfica más que lo han justificado. Finlandia fue parte del Imperio Ruso desde 1809 hasta 1917, después de que el zar capturara la región que anteriormente era de Suecia.
Tras ganar su independencia, continuaron los conflictos a lo largo de la extensa frontera con lo que ya era la Unión Soviética, con la que entró en guerra en 1939 y luego fue invadida por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Después de eso vino la Guerra Fría y, como parte frontal de las tensiones entre Occidente y Oriente, Finlandia era más vulnerable que la mayoría de sus aliados.
Al caer la cortina de hierro, cuando el resto de Europa se relajaba, Finlandia no aflojó en sus medidas de acopio de recursos básicos para afrontar amenazas.
En 1993, creo formalmente la HVK para continuar el abastecimiento pensando más en otras posibles crisis como la climática, la sanitaria y la de ataques cibernéticos, y con la orden ejecutiva de que cada cinco o seis años se revisarían las necesidades de almacenamiento.
"Nosotros en Finlandia tenemos suerte en el sentido que continuamos este trabajo desde la época de la posguerra y elevamos nuestra preparación a un buen nivel", dijo Jyrki Hakola al diario Helsingin Sanomat. "No existe un sistema igual en ninguna parte de Europa".
Toda la información relacionada a los sitios y contenidos de los almacenes es clasificada y tratada como secreto de Estado. "Nunca revelamos el número ni locación de las reservas", explicó al diario. "Tampoco revelamos quién las administra ni cuál es su contenido exacto".
Hakola divulgó, sin embargo, que son muchos los suministros y que están dispersos por todo el país, aunque no los han tenido que utilizar con mucha frecuencia.
"Esta es la primera vez en la historia de la posguerra que hemos tomado equipos de protección de la salud de las reservas".