El entrenador recordó su paso por La Banda en la temporada de 1987, en donde el equipo hizo su presentación en la máxima categoría.
Olímpico tiene mucha historia a lo largo de los años de la Liga Nacional de Básquet que van más allá de la actualidad. Fue uno de los clubes pioneros en las categorías más importantes del deporte en el país, cuando se armó este gran torneo argentino.
Desde la primera edición, en 1985, el equipo estuvo en la segunda división y alcanzó el ascenso al año siguiente. En esa época las temporadas se jugaban de marzo a diciembre. Es así que en 1987 tuvo la oportunidad de presentarse en la Liga Nacional. El hombre que condujo aquel plantel fue Juan Carlos Alonso.
Hoy, a 33 años del debut del Negro en la Liga Nacional, el entrenador recuerda de manera emotiva su paso por el club, en un podcast realizado por el departamento de prensa de Olímpico.
"Llego a Olímpico a través de una recomendación de Yoyo Caballero, con el cual no me unía ninguna amistad, casi por el contrario no eramos de la misma línea. Tuvimos un desencuentro en un Campeonato Argentino Juvenil, yo dirigiendo a Provincia de Buenos Aires y él estando de asesor de Santa Fe. En 1987, él le dice a Gustavo Rosales que la persona que debía sucederlo, porque él había ascendido y no quería continuar, era yo", contó Juanqui al principio de su relato.
"Se contactan conmigo y viajo a La Banda. Yoyo estaba todavía allí y nos reunimos, charlamos de un montón de cosas. Él me dio la oportunidad de dirigir en la Liga Nacional. Es algo que le agradezco por siempre", añadió.
Mientras, el entrenador contó qué fue lo que vio Yoyo Caballero. "Era muy joven, tenía unos 30 años, venía con buenos antecedentes. Era pichón, pero él entendió que tenía el talento y los conocimientos suficientes para poder dirigir ese equipo".
Plantel de Olimpico de 1987.
Olímpico tuvo un buen arranque en esa temporada, pero después cayó en su rendimiento. Alonso revela las razones. "Fue una temporada marcada por muchos problemas. Primero las inconductas de Joel Thompson, que era un jugador tremendo, pero muy indisciplinado. De hecho en muchas oportunidades faltó a entrenamientos y a partidos. En ese año Olímpico tuvo una de las mejores duplas de americanos con Phillip Lockett y después con la llegada de Rick Suttle".
"Después se agravó con la ida de Phillip que se va a Israel y con las lesiones. Primero Rick y luego Carlos Berrondo. Quedamos con un equipo muy diezmado. Hicimos todo lo que pudimos. Era un grupo con mucha contracción al trabajo, pero pasamos momentos muy difíciles en una liga muy competitiva con muy buenos equipos", añadió el DT.
Siempre pensó que ese plantel estaba para más. "Hablaba con Ricardo Rattone, un jugador que marcó una gran diferencia en esa liga, que si no era por las lesiones y la partida de Phillip, tranquilamente estábamos entre los cuatro primeros. Olímpico estaba detrás de Ferro y de Atenas y les jugábamos de igual a igual a esos equipos. Sin dudas".
Ricardo Rattone, Martín Ipucha, Phillip Lockett, Gustavo Gómez y Joel Thompson.
Lockett es recordado en Olímpico con mucho cariño. También así lo recuerda Juanqui, quien afirma que "Phillip es el mejor americano que dirigí en toda mi carrera y uno de los mejores que llegaron a la Argentina. Era un jugador tremendo, inteligente, fuerte, defensivamente era bestial y cuando tenía la pelota debajo del aro era imparable. Lo único que le faltaba era un tiro de corta distancia, pero si lo hubiese tenido estaba en la NBA".
Philip Lockett y su especialidad, la defensa.
El equipo bandeño causó una revolución en el país; era uno de lo más taquilleros en la Liga. "Tengo los mejores recuerdos de esa liga, la cancha llena, eran 4 o 5 mil personas. La prensa nacional destacaba lo que generaba Olímpico. Disfrutaba la gente y también le dábamos lo que querían. Era un equipo con mucha entrega, que jugaba bien, con muchos chicos de Santiago y eso generaba pertenencia. Cuando estuvimos en plenitud devolvimos con creces la expectativa que había. Fue hermosa, nunca más tuve una localía tan fuerte".
Gustavo Gómez ante Miguel Cortijo en el debut de Olímpico ante Ferro.
En esa temporada, Olímpico no pudo lograr la permanencia y descendió tras una floja segunda etapa. No pudo clasificarse a la la zona A1 para poder evitar el descenso y jugar por el campeonato. El partido clave fue ante San Andrés, que le ganó de manera polémica. Alonso aun reniega de ese juego por una falta a favor del Tola Cadillac, jugador del elenco bonaerense. "Ese foul fue impresentable. Fue un robo a mano armada. Entiendo que el Mocho y Gustavo no deberían haber estado en esa posición para no generar suspicacias. Fue una falta totalmente inexistente cobrada por el mendocino García".
"Después supe que el principal dirigente de San Andrés tuvo un arreglo con el mendocino García, un delincuente, porque tenían un curso de FIBA en Sudamérica y negoció la clasificación de su equipo con los pasajes. De esto me entero años después y no me extraña, porque ese partido fue un robo. Si lo ganábamos quedábamos en la A1 y no peligraba el descenso", afirmó Juanqui.
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El amor por el club y la ciudad
Alonso tiene mucho cariño su paso por Olímpico y La Banda, pero le costó al comienzo y lo expresa en algunas anécdotas. "Si bien era resistido al principio, después cambió. Había mucha expectativa, a los entrenamientos iban 100 personas. A veces entrenaba a puertas cerradas porque no dejaban concentrar al equipo. En ese aspecto era un entrenador exigente y estaba muy encima. En esas prácticas la gente me puteaba afuera", dijo el DT.
En tanto, comentó: "A veces me gritaban 'sacá a tu sobrino' por Martín Ipucha. Después lo terminaron amando, se tiraba de cabeza a todas las pelotas, era Rambo. Martín tenía un fuego interno que no lo perdió nunca".
"Luego fui querido y reconocido. De echo tengo muchas amistades que conservo todavía y otros que ya no están de los que tengo un hermoso recuerdo. Un montón de amigos. La Banda y yo nos queremos. Me gustaría volver y reencontrarme con muchos de ellos", agregó Alonso.
Su alejamiento del básquet
Juanqui se alejó del deporte hace muchos año y hoy es gerente de una cadena de supermercados en Río Negro. "No sigo mucho el básquet, salvo algún torneo especial. Estoy muy inmerso en mi trabajo. Pasaron muchos años desde que me alejé, pero aveces, al tener trato con gente del ambiente me voy enterando de cosas. Hace poco estuve con el Huevo (Sánchez) y me preguntó porqué no sigo dirigiendo".
"Lo que hago lo hago con mucha entrega y pasión. El básquet fue una etapa hermosa de mi vida, durante años, ya retirado, fui de los entrenadores que más partidos disputados tenía en la Liga y hoy a veces me veo en las estadísticas y sigo figurando a pesar de que pasaron casi 30 años", añadió.
Mientras, contó: "El básquet me dejó mucho. Tuve grandes vivencias, una experiencia hermosa, compartí momentos con muchos jugadores excelentes, bellas personas, tengo los mejores recuerdos en especial de ese equipo de Olímpico, de los dirigentes también".
En ese Olímpico pasó buenas y malas y hasta tuvo un trabajo alternativo para ayudar el club. "Con los problemas de lesiones y salidas, comenzó un momento difícil en esa temporada, se dejó de recaudar y no podíamos cobrar en tiempo y forma, pero había una simbiosis en ese equipo que nunca aflojaba".
"Hoy a la distancia recuerdo que fui muy feliz en Olímpico, en momentos muy críticos del club, después de la liga, tomé la colonia de vacaciones con el profe Reyes, metimos 300 chicos y le dimos al club un respiro. Olímpico es mi club", contó.
Alonso tuvo una nueva etapa en el club después del descenso. Llegó en la recta final de la Primera Nacional B (como se llamaba el torneo en aquel momento) y logró volver a la A. "Al año siguiente (1988), cuando Olímpico estaba en la B, en la etapa final me vuelven a convocar para reemplazar a Cacho Banegas. Ahí volvimos a ascender ganando un partido clave ante Unión de Santa Fe y subimos a la A. Gracias a ese ascenso me llamaron muchos clubes y me fui a Gimnasia de Pergamino".
Juanqui Alonso muestra un sentimiento especial por el Negro y la Cuna de Poetas y Cantores. "Con mucha humildad siento que fui parte importante de la historia de Olímpico. Me siento muy agradecido. La Banda es mi lugar en el mundo, siempre dije que es mi casa. Hasta me acuerdo en donde vivía, en la calle Laprida 211. Tengo grandes recuerdos".
Por último dejó un mensaje para Olímpico. "Espero lo mejor para Leo Gutiérrez, para todos los dirigentes y el equipo. Es un club maravilloso. Y le deseo lo mejor a La Banda, una ciudad hermosa. Al club lo amo con todo mi corazón".