El Ministerio de Defensa de Rusia publicó esta semana un video de aquella serie de pruebas, tanto diurnas como nocturnas.
La aviación militar de carga no solo es capaz de llevar en sus fuselajes grandes cargamentos o tropas aerotransportadas, sino también de librar un combate, como lo ha demostrado un reciente ejercicio llevado a cabo en la provincia rusa de Tver. Allí, aviones Ilyushin Il-76MD lanzaron bombas y dispararon cañones al despegar del aeródromo de Migálovo.
El Ministerio de Defensa de Rusia publicó esta semana un video de aquella serie de pruebas, tanto diurnas como nocturnas. Los pilotos se entrenaron en el lanzamiento de bombas de iluminación y radiobalizas para marcar objetivos convencionales de ataque y luego facilitar la caída de paracaidistas.
De día, los aviones lanzaron bombas desde una altura de 4.000 metros, mientras que en la noche lo hicieron a tan solo unos 600 metros sobre el suelo, aprovechando siempre el aparato colimador y navegador instalado en la aeronave, que asegura la suficiente precisión.
Los disparos se realizaron también con cañones de cola, calibre 23 milímetros, contra blancos terrestres que imitaban vehículos y blindados ligeros de un enemigo convencional.