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Valeria Archimó, a siete meses de su separación: "No me imagino mi vida sin una pareja"

La figura de Únicas habló de su ruptura, sus ganas de volver a formar pareja y la relación con sus hijos.

17/02/2020

A los ocho años Valeria Archimó (47) descubrió su vocación y su pasión en la danza, cuando arrancó con gimnasia rítmica en River, y ya de adolescente decidió formarse en Danza Contemporánea en el teatro San Martín. Artista consagrada, la bailarina pasó por todas las instancias del oficio, creció y hoy en día dirige y protagoniza su propio espectáculo, donde comparte el escenario de Únicas, puertas al amor, en el teatro Broadway, con Sandra Mihanovich, Anita Martínez, Lourdes Sánchez y Cecilia Figaredo.

Orgullosa de la obra que creó a la par de Anita, Valeria explica: “Básicamente habla del amor y de que todos le seguimos abriendo la puerta al amor y a veces no sabemos si va a ser para toda la vida, va a haber una traición, una historia de postergación, una va a sufrir… Porque aunque se fracase, siempre se sigue intentando en el amor. Pase lo que pase, el amor es el motor de todos nosotros. Cuenta diferentes historias a través de la danza, y también tiene humor. El discurso que tiene es bastante femenino, aunque sea para todos, mucha gente se siente identificada”. Y de inmediato, la expareja de Guillermo Marín (53), productor del show, aclara a Ciudad: “¡Lo que digo en Únicas no es una historia autorreferencial! Es ficción, ja. Porque muchos se creen que hablo de lo que me pasó en la vida. Todas hacemos un personaje y el libro es de Anita Martínez, ella escribió los guiones”.

Separada del empresario teatral desde mediados de 2019 tras ocho años juntos, hoy Archimó vive con Teo (15), fruto de su relación con su expareja Gabriel, y con Ámbar (5), la hija que tuvo con Marín. Distendida, posa para la cámara en una producción de fotos y expresa su felicidad por su presente, luego de haberla pasado mal a nivel personal.

-¿Qué evaluación hacés de la temporada de Únicas, puertas al amor?


-Estamos chochas. Con Anita Martinez combinamos muy bien, no solo en el rol que tenemos de directoras en conjunto, sino también al armar el espectáculo juntas. Es una idea que desarrollamos juntas que nació desde la coreografía y que después plasmamos. Por suerte nos está yendo bárbaro. Está buenísimo poder combinar tan bien con alguien y que además todo fluya en pos del espectáculo, que una le sume a la otra. Hacemos un buen dúo, no hay competencia ni tenemos ideas contradictorias, la realidad es que no tuvimos diferencias hasta ahora. Encontré una gran artista y profesional, pero sobre todo una amiga en ella.

-Bromeando un poco, Únicas es el único espectáculo que produce tu expareja que no le genera dolores de cabeza… Solo por recordar los conflictos con Antonio Gasalla por un lado, y la discordia entre Sol Pérez y Mónica Farro en 20 millones por el otro.


-Ja, ja (risas pícaras). ¿Vieron cómo son las cosas? Es así. Es verdad. Somos cinco mujeres más todo el ballet y no generamos problemas. Al contrario. Vamos todos los días felices a hacer nuestro show, tiramos para adelante y disfrutamos muchísimo lo que estamos haciendo.

-¿Hay intenciones de hacer giras?


-Sí. Vamos a estar hasta el 15 de marzo en el teatro Broadway. Después estamos pensando en llevarlo de gira, lo estamos organizando. La intención es mantener todo el elenco actual.

Valeria Archimó

-Te toca estar tanto detrás como delante del escenario. ¿Dónde te sentís más cómoda?

-Me gustan los dos roles. Yo hace muchos años que soy mi propia coreógrafa en las revistas en las que participé. También hice coreos completas para revistas enteras trabajando con Gerardo Sofovich, además de ser vedette en el escenario. Ese doble rol siempre lo tuve. Pero este año se le suma que es un espectáculo propio, y que soy directora, además de ser coreógrafa. Me encanta estar en el backstage, pensar en el show, armar las coreos y todo lo que implica la producción. Tengo cada vez más ganas de crecer en este ámbito. Aunque lo que más disfruto a diario es estar en el escenario, porque una vez que está todo listo, ya está. Yo necesito mucho bailar y hacer teatro.

-¿Te pesa el paso del tiempo a la hora de salir a escena?

-No. Yo disfruto de bailar y me cargo a mí misma porque sigo en las tablas porque lo amo. Lo loco es que me siento igual que a los 20 años, sigo haciendo todo. Será que nunca paré de bailar, que siempre estoy entrenada.

-¿Cómo es tu rutina para mantener la elasticidad, plasticidad y el cuerpo que te permite seguir bailar como cuando eras adolescente?

-Por empezar, tengo una alimentación muy sana. No como frituras, me gusta todo lo que sea a la parrilla, trato de combinar bien el plato para que tenga de todo, verduras, proteínas, después frutas. Aunque me doy mis gustos, como helado o pizza. Pasa que me gusta comer sano, para mí no es un sacrificio. Además, me entreno dos o tres veces por semana durante dos horas, doy clases de danza, en el teatro bailo todas las noches. La clave es que siempre estoy en actividad, en movimiento.

-¿Cómo te las ingenias para trabajar y estar pendiente de tus hijos?


-Como todas las mamás. Cuando los chicos son chicos, como Ámbar, son parte de mi mundo y me acompañan a todos lados. Ambarita viene conmigo al teatro, es parte de mi grupo, como una más. A veces la puedo dejar en casa y a veces la tengo que llevar. Lo mismo me pasó con Teo a la edad de Ámbar. Me gusta estar con mis hijos, me encanta compartir con ellos y que vean lo que hago, que sean amigos de mis amigos, que sean parte de mis vínculos. Ahora Teo está totalmente en otra y ya no me acompaña.

-¿Te imaginas a tus hijos siguiendo tus pasos artísticos?

-Lo puedo llegar a ver en Ámbar. Ella se sube al escenario y me pidió un vestido igual al que uso en el saludo final de Únicas. Sale al escenario con su vestidito a saludar. De hecho, este año va a empezar a tomar clases de danzas, pero como es una nena todavía, quiero que sea algo muy lúdico. En marzo ella inicia el ciclo lectivo en mi escuela de danzas de San Isidro. Recién el año que viene va a arrancar la primaria. A Teo, no. Él es deporte, es otra cosa, nunca le pintó lo artístico ni cuando me acompañaba de chico se quiso subir al escenario.

-¿Y cómo es tu relación con Gabriel, papá de Teo, y con Guillermo, padre de Ámbar?

-Con el papá de Teo siempre tuvimos una muy buena relación, él siempre está muy presente para él, como por ejemplo con el fútbol. Es como toda pareja que se separa, que una vez que se supera la ruptura, se logra una buena relación por el hijo en común. Yo cuido un montón el poder tener una buena relación, tanto por Teo como por Ámbar. Con Guillermo también ahora está todo bien. De hecho, trabajamos juntos porque Únicas es una producción de él. Siento que dentro de lo feo que fueron las separaciones, porque el ideal siempre es criar a los hijos en pareja, y si no nos sale, por lo menos llevarnos bien. Para que en el caso de Ámbar, pueda ver que todavía tiene familia, que sepa que sus padres siempre van a estar para ella.

-¿Te dolió mucho el rumor de affaire entre Guillermo Marín y Sol Pérez a un mes de que se concretara tu separación de él?

-Sí. Estaba recién separada y por más que era una decisión tomada, que era lo que yo quería, que los dos queríamos, y demás, a veces cuesta transitar las rupturas. Fue un momento triste, de frustración, angustia porque algo se termina. En ese momento, si bien estaba bien con la separación, estaba triste. Y enterarme a poco de la separación del amorío entre Guille y Sol que sucedió o que pudo haber sucedido, como quieran llamarlo, claro que no me gustó. Tenía que ver con que habíamos hablado de que él estaba tanto conmigo, ¿entienden? Eso pega mal.

-¿Hay posibilidad de reconciliarte con Guillermo?


-No. Nuestra pareja terminó. Ahora sigue nuestra historia como padres de Ámbar.

Valeria Archimó

-A siete meses de tu separación, ¿disfrutás de tu soltería?

-Sí. Empecé 2020 totalmente distinta, contenta con mi trabajo. No tengo pudor en contar que el año pasado fue de sanación, para recuperarme, tranquilizarme por todo lo que había pasado. Este año lo empecé bárbara, bien conmigo misma, con ganas de salir, cosa que antes no me había pasado porque necesitaba un tiempo de introspección. Necesité quedarme en casa con mis hijos, los fines de semana venían amigas para tener charlas de mujeres. Ahora, salgo a cenar después del teatro, salgo con amigas.

-Hace un tiempo se vio en televisión una fuerte discusión con Guillermo en plena avant premiere en un cine a la vista de todos donde le planteaste que deje de celarte porque algún día sí vas a "estar con un tipo". ¿Cómo está esa situación ahora?

-Con Guille está todo muy bien, muy claro. Seguimos siendo familia con Ambarita, nos llevamos bien, trabajamos juntos. Está todo muy charlado, tenemos buena comunicación. Nos apoyamos mutuamente, pero sabiendo que nunca más vamos a ser pareja, sino solo papás de Ámbar para siempre. Por suerte, ya se calmó todo, ya está. Igual, la distancia ayuda un poco, porque yo estoy en Buenos Aires, él en Mar del Plata, cuando nos juntamos es para ver a la nena y chau. Ja.

-¿Ya concretaste una cita con algún caballero?

-No, estoy ahí… Saliendo, viendo. No sé cómo se dará esa cuestión. Todos siempre esperan que una se ponga de novia con alguien. Además, a mi no me va esa onda del touch and go. Veré qué será lo que me presente la vida. Por el momento estoy muy tranquila. No me imagino mi vida sin una pareja. No estoy cerrada a conocer a alguien.

-¿Te llegan regalos al camarín o te mandan mensajes privados por Instagram?

-No me llegan ni flores ni chocolates al camarín, mensajes por redes me llegan miles, pero no contesto nada.

-¿Qué sueño te queda por cumplir?

-Únicas es un sueño cumplido, aunque siempre haya más cosas por hacer. En este show descubrí una veta mía que no había explotado, y me animé a actuar más. Siento que es un ámbito en el que me gustaría crecer más, poder incorporarlo a mi carrera, porque siempre fui bailarina, transmití con la danza y mi cuerpo, y no con la palabra. Me pareció un lindo desafío que todas podamos trascender el espacio de bailarinas que nos queda tan cómodo y poder hacer algo más. Siento que con la actuación se me abre un nuevo camino.