"Watchmen", la serie de HBO, ha sido el milagro que ni los más optimistas nos atrevimos a soñar. Como ocurrió con el regreso de ‘Twin Peaks’, semana a semana la serie ha logrado un guion virtuoso, creativo, exigente en cierta medida y valiente.
Incluso los que seguían sin perdonar a Damon Lindelof por lo de ‘Lost’ (o los que no lo habían hecho por cargase el libreto de Jon Spaihts para ‘Prometheus’), han tenido que agachar la cabeza y reconocer que ha logrado entender el ‘Watchmen’ de Alan Moore para ser fiel a la obra y hacer que evolucionase al mismo tiempo. Parece imposible, pero es que reinterpretar el Génesis manteniéndolo en el Antiguo Testamento para que todo tenga un sentido mayor, lo era.
Y es que es complicado entender hasta qué punto es trascendental el cómic guionizado por Alan Moore, dibujado por Dave Gibbons y entintado por John Higgins en la segunda mitad de los 80, es algo en lo que solo llevamos treinta años indagando. La deconstrucción del planteamiento superheroico parece ahora solo la primera e interesantísima capa de un relato que, con el paso del tiempo, ha ido ganando sin necesidad de modificarse. Todo estaba ahí desde el principio, de la desaforada crítica política a la alerta ante la incapacidad del ser humano para vivir sin vigilancia, pasando la desazón de un Moore obligado a vivir en un sistema que no soporta y que sabe responsable del desastroso final que, imperturbable, lleva años señalándonos el reloj.
Y entonces llega Lindelof y lo entiende todo en una serie que logra un apabullante éxito de críticas. Esto, sumado a sus supuestos buenos números de espectadores, nos hicieron temer una segunda temporada de un relato que, por muy desconcertante que resultase en sus últimos segundos, estaba tan herméticamente abierto como el del cómic. Como en la vida real, todo continúa después de un suceso remarcable y, en ambos ‘Watchmen’, sus sucesos acaban justo antes de que un supuesto “cliffhanger” nos subraye que, en su realidad, un nuevo día amanecerá y puede que el azul vuelva a brillar.
“Estamos muy orgullosos de 'Watchmen', pero lo que más me interesa es lo que Damon quiere hacer”, ha explicado Casey Bloys, jefe de programación de HBO, a USA Today.
¿Y qué quiere hacer Lindelof? Pues poco más. Según él mismo ha asegurado, su historia ya la ha contado y, aunque apoyaría a la cadena si esta decidiese ampliar el concepto ‘Watchmen’ a modo de antología de relatos, tanto el guionista como Bloys parecen que dan terminado esta brillante página de nueve suculentas viñetas.
De su valiente narrativa al cuidado diseño de sus personaje, pasando por su historia de amor, su clara denuncia al fascismo como causa de todos los males, la impresionante banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross o su capacidad para abrazar una y otra vez a los que usamos ‘Watchmen’ también como medio para volver al momento en el que nos enamoramos por primera vez de este relato, la mejor serie de 2019 parece haber logrado cerrarse por completo y convertirse ya en un título imprescindible. Aunque todo eso ya se intuía desde que Noel Ceballos comenzó a mejorar (si cabe) la experiencia para los hispanohablantes, solo los productos sublimes logran que se escriba de ellos de un modo tan fascinante.
Si Alan Moore la ve algún día, que no es probable, puede incluso que le haga algo de gracia.