El mexicano se consagró campeón. Logró el título de los semipesados con un un increíble golpe sobre el ruso en el 11° round que silenció por unos segundos a los presentes.
Faltaban exactamente 3 minutos y 50 segundos de pelea cuando torció la historia. Saúl Canelo Álvarez parecía estar complicado en las tarjetas contra Sergey Kovalev pero encontró la mano precisa, salvadora. El suceso ocurrió a falta de 50 segundos para finalizar el 11° asalto cuando el puño izquierdo del mexicano impactó en la quijada del gigante ruso. Sería el final de la velada en el MGM Grand de Las Vegas.
Las piernas del combatiente de 36 años, 183 centímetros y 175 libras (79.300 kg) perdieron equilibrio y allí fue cuando el pugilista azteca terminó con todo: conectó un derechazo fulminante que le hizo perder por completo la noción del espacio a Kovalev y casi lo saca del ring. Colgado de las cuerdas, árbitro Russell Mora corrió a cubrirlo para anunciar el fin del combate y hacer ingresar al médico.
El estadio quedó paralizado por la magnitud de la imagen y el propio Álvarez se preocupó por la salud de su oponente, que minutos más tarde se recuperó y respondió las preguntas de la televisación oficial.
Hasta ese momento no había ningún atisbo de nocaut en el enfrentamiento. Kovalev había conectado algunos golpes certeros y duros en el 9° salto, pero no movilizó a Canelo. Sin embargo, el mexicano estuvo rápido, preciso y potente para darle un cierre a una presentación que irrumpía compleja en el horizonte de las tarjetas.
No hubo mejor forma de definir el enfrentamiento para Álvarez, quien se apropió del título mundial semipesado de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) con una velada que no defraudó al menos en su remate. El momento del nocaut quedará en la historia ya que Canelo es con esta victoria tetracampeón de boxeo, gracias a sus cuatro títulos en diferentes categorías. Fue el monarca superwelter del CMB en el pasado y actualmente ostenta las coronas de los pesos mediano (AMB y CMB) y supermediano (AMB).
El otro dato clave para tomar dimensión de lo hecho por el peleador de 29 años es que debió subir dos categorías y más de siete kilos respecto a su última pelea con Daniel Jacobs para poder dar el peso en esta divisional de puños poderosos.
"Me siento muy contento, por la historia, les pido que tengan paciencia, el Canelo es garantía. Nosotros creíamos que íbamos a tardar 5 o 6 rounds en llegar a este resultado pero el rival es bueno. Estaba cerrada la pelea, usó bien su jab, sabíamos que teníamos que cerrar fuerte los últimos tres rounds, los de campeonato”, declaró tras su victoria.