El sacerdote de 73 años indicó que todo fue obra de un misterioso pirata informático que, según él, 'hackeó' su teléfono. Sin embargo, los progenitores dudan de la veracidad de estas palabras.
Un sacerdote fue destituido de sus funciones en Italia luego de compartir una imagen pornográfica en un grupo de WhatsApp conformado por los padres de niños que asistían a sus clases de catequesis. El hecho ocurrió a finales de septiembre en una parroquia de la ciudad de Padua, al norte del país, pero la historia ha salido a la luz pública recientemente.
Según informa el diario local Corriere del Veneto, el religioso, de 73 años, creó un 'chat' en la aplicación de mensajería junto con dos catequistas en el cual se comunicaba con los progenitores de unos 25 menores —de entre 9 y 10 años— que estaban cerca de recibir los sacramentos católicos de la primera comunión y la confirmación.
Una tarde, los miembros del grupo recibieron una fotografía de "un pene en primer plano, una mano adornada de anillos y, en el fondo, un estante con figuras religiosas", describe el medio. Las reacciones no se hicieron esperar. "Padre, ¿Pero qué hace?, ¿Se ha vuelto loco?, ¿Qué es esta basura? ¡Quítelo de inmediato!", fueron algunas de las respuestas, según cita el periódico.
El religioso atribuyó la publicación a un pirata informático que, según él, 'hackeó' su teléfono. Sin embargo, los involucrados en el bochornoso incidente dudan de la veracidad de sus palabras.
Por su parte, el obispo de Padua, monseñor Claudio Cipolla, procedió a prescindir de los servicios del sacerdote en la parroquia y en todas las áreas pastorales. La diócesis de esa ciudad ha abierto una investigación para dar respuesta a una serie de inquietudes que rodean el caso: la procedencia exacta de la instantánea, la identidad de quien protagoniza la escena y si el hecho fue realmente resultado de un ataque informático.
"El contenido de la foto es claramente grave e inequívoco. Del mismo modo, es lamentable que un hombre de iglesia conserve esa imagen en su teléfono celular", afirmó el vicario episcopal, Marco Cagol.