El hombre accionó contra la nueva pareja de su ex media naranja, al considerarlo responsable de la ruptura de la unión conyugal. Para lograrlo usó una vieja ley abolida en la mayor parte de Estados Unidos pero aún vigente en seis estados.
Un hombre demandó al amante de su exesposa, en Carolina del Norte (EE.UU.), por haber acabado con su matrimonio de más de una década y ganó el derecho de recibir 750.000 dólares en calidad de resarcimiento, informó el canal de noticias FOX6 Now.
El querellante, Kevin Howard, aprovechó un recurso legal denominado alienación de afecto (una norma vigente en tan solo seis estados del país norteamericano) el cual permite demandar a una persona, normalmente un amante, por interferir intencionalmente en una relación conyugal.
La personas que invoca este recurso, debe demostrar sin lugar a dudas que la relación en la pareja era sólida previo a la intromisión de la tercera parte y que fue justamente esta última la que provocó la ruptura.
Colega y amigo
Howard y su exmujer estuvieron juntos doce años. Cuando ella le planteó su deseo de separarse, el matrimonio comenzó a buscar ayuda de profesionales, acudiendo a terapia de pareja.
En esos momentos, el hombre comenzó a sospechar de que su 'media naranja' estaba teniendo una aventura amorosa. Entonces, contrató a un detective privado y de esa forma pronto confirmó la infidelidad.
El amante "era un colega del trabajo de ella. Cenó con nosotros varias veces. Pasamos tiempo juntos… Pensé que era un amigo", expresó el esposo engañado.
Votos sagrados
El hombre añadió que el motivo de la demanda no era solo el dinero, sino también el daño que sufrió a causa de la ruptura.
"Creo en la santidad del matrimonio. Otras familias deberían ver cuáles son las consecuencias no solo de romper los votos en cualquier religión a la que se suscriban, sino también de sus responsabilidades legales", manifestó.
La abogada de Howard explicó que el origen de la alienación de afecto se remonta a la ley inglesa, cuando la mujer era vista como un tipo de propiedad, de modo que un hombre podía exigir justicia tanto por el robo de un caballo como por el de su esposa, aunque actualmente se aplica a cualquier cónyuge indistintamente del género.
Este recurso legal ha sido abolido por la mayoría de los estados de EE.UU, pero continúa vigente en Hawái, Misisipi, Nuevo México, Dakota del Sur, Utah y Carolina del Norte.