El xeneize vuelve a la cancha de River tras los incidentes de noviembre de 2018 y se extreman las medidas de seguridad.
Un megaoperativo con 1400 policías, vidrios blindados de manera especial y un recorrido diferente del ómnibus xeneize son algunas de las medidas preventivas que se adoptaron para el superclásico del domingo, a fin de evitar que se repita el ataque que el micro de Boca sufrió en la final de la Libertadores pasada, que derivó en la suspensión del encuentro finalmente disputado en España.
En todo el trayecto estará acompañado por cuatro móviles policiales por delante y detrás más ocho oficiales motorizados. De allí tomará la avenida Sarmiento para empalmar después con la avenida Libertador. En estos cruces habrá además policías en esquinas clave controlando que no se aglomere gente. Ahí, cuando doble por Libertador, se le dará la instrucción a los policías que están en la zona del estadio de cortar el flujo de gente hacia Libertador y también hacia Lidoro Quinteros.
Deberá haber 150 metros entre el ingreso de los hinchas de River y la esquina de Lidoro y Libertador, donde el micro aminora su marcha para ingresar en el boulevard que lo lleva directo al estacionamiento del estadio.