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Pasó 36 años en cárcel por robar poco más de 50 dólares y ahora recuperó la libertad

A sus 22, el hombre entró en prisión para pasar allí el resto de sus días, sin posibilidad de libertad condicional.

29/08/2019

En 1983, cuando sólo tenía 22 años, Alvin Kennard robó USD 50.75 de una pastelería. No era una cantidad colosal, pero aquel no era el primer delito que Kennard cometía. Tiempo antes, ya había enfrentado dos cargos por hurto y robo, lo que hizo que pudiera ser condenado por "La ley de los tres strikes".

Aprobada en 1970 para castigar a los delincuentes reincidentes, esta ley del estado de Alabama permitía sentenciar a cadena perpetua a los procesados por faltas menores. Y ese fue precisamente el fallo que recibió Alvin Kennard aquel año. A sus 22, el hombre entró en prisión para pasar allí el resto de sus días, sin posibilidad de libertad condicional.

Este miércoles, después de 36 años entre rejas, Alvin Kennard saboreó la libertad. Tras una revisión de su condena, un juez ordenó su excarcelamiento, que ahora procesará el Departamento de Correcciones de Alabama.

"Estoy muy arrepentido de lo que hice… me equivoqué. Yo asumo la responsabilidad por lo que hice en mi pasado. Quiero la oportunidad de hacer bien las cosas", dijo Kennard momentos antes de que el juez dictara su libertad.

Si el ex convicto hubiera sido sentenciado hoy día por el delito que cometió, su condena sería de un mínimo de 10 años en prisión y un máximo de cadena perpetua pero con posibilidad de libertad condicional. Esto significa que su pena habría sido revisada en 1999, año en el que podría haber salido de la cárcel. Pero eso no ocurrió, y no fue liberado hasta el 2019, después de que el estado impulsara en 2013 diversas modificaciones en las pautas de sentencia para resolver el hacinamiento en sus prisiones.

La nueva Comisión de Sentencias del estado dotó a los jueces de mayor discreción para revisar y resolver casos particulares como el de Kennard.

Al escuchar el fallo del juez, los familiares del condenado no pudieron reprimir sus gritos de felicidad. Después de pasar la mayor parte de su vida en una celda del Correccional William E. Donaldson, Alvin Kennard planea ahora vivir con su familia y trabajar como carpintero. Su sobrina, Patricia Jones, le dijo a la cadena estadounidense CBS42 que creía a su tío, y que sabía que había cambiado para bien.

"Hace un par de años empezó a hablar de dios y supe que había cambiado. Él quiere que le perdonen por lo que hizo, y quiere que le den la oportunidad de regresas a casa y aprender cómo sobrevivir".

La primera vez que arrestaron a Kennard, tenía 18 años. Había hallanado una estación de servicio desocupada, y fue acusado de robo, hurto, y también, de recibir una propiedad robada. Tras declararse culpable, el juez le impuso tres años de libertad condicional.

Sin embargo, en 1983, cuando extrajo de una pastelería USD 50 dólares, su situación jurídica empeoró drásticamente. Por el delito en la estación de servicio, ya era elegible para ser condenado por "la ley de los tres strikes", lo que suponía que podría enfrentar cadena perpetua sin posibilidad de revisión de condena, y fue el motivo que le llevó a pasar 36 años en la cárcel.