Tras el 2 a 0 de la ida, el Millonario igualó 1 a 1 en Paraguay y selló su clasificación a semifinales, donde lo espera el Xeneize.
River hizo valer el triunfo por 2-0 obtenido en Buenos Aires ante Cerro Porteño y accedió a las semifinales de la Copa Libertadores tras empatar esta noche 1-1 en Asunción. En esa instancia, el equipo de Marcelo Gallardo se medirá, una vez más, con Boca Juniors, su clásico rival.
Después de un primer tiempo con algunas dudas, no solo por el gol de Nelson Haedo Valdéz sino por el empuje del equipo local que conduce el argentino Miguel Ángel Russo, River logró acomodarse en el complemento.
Lo hizo después del empate de Nicolás De La Cruz, conquista que significó el golpe de gracia para un conjunto paraguayo que ya no tuvo respuestas en el estadio Nueva Olla, de la capital paraguaya.
Desconectado estuvo River en la primera mitad. Su rival le manejó la pelota e impuso su ritmo desde el inicio mismo del juego. La urgencia llevó al local a intentar imprimir un ritmo intenso y frenético, y en los primeros minutos lo logró.
Con mucha actitud, Cerro Porteño se adueñó de cada balón dividido. River, perdido, no logró hacer pie. Ignacio Fernández y Nicolás De La Cruz, con los problemas judiciales de la previa a cuestas, fueron intermitentes.
Lo mismo Exequiel Palacios, quien mayor voluntad mostró. Y claro, Bruno Zuculini no es Enzo Pérez, ausente por una suspensión, y River careció de ese primer pase preciso del volante mendocino.
A los 7 minutos, por si fuera poco, Milton Casco la perdió en el inicio de un avance y la franja izquierda de la defensa del Millonario quedó liberada.
Joaquín Larrivey aprovechó ese espacio para acomodarse con tranquilidad y sacar un centro preciso que cayó en la cabeza de Nelson Haedo Valdéz.
Entre los centrales, el experimentado goleador guaraní acompañó la pelota con su cabeza y la acomodó en el segundo palo para reducir la distancia de la ida y dejar la serie con un global parcial de 2-1.
Hacia los 20, el ritmo del juego se tornó un tanto menos frenético que al principio. Fue allí cuando el propio Haedo Valdéz se salvó de la expulsión.
El árbitro chileno Julio Bascuñán solo lo amonestó por una entrada en la mitad de la cancha sobre Palacios, tras revisar la acción en el monitor por pedido del VAR. Fue la jugada más polémica de la primera mitad.
Mientras Cerro insistía con balones largos para sus delanteros, empezó a aparecer paulatinamente Matías Suárez. Pero la excesiva soledad de sus intentos conspiró contra cualquier intención de River de alcanzar el empate en ese tramo del partido.
Aquellos envíos del Ciclón del Barrio Obrero no eran claros, pero sí suficientes para sembrar dudas en la defensa del equipo argentino. Así fue que Franco Armani tuvo que aparecer a los 37 para evitar una nueva caída de su valla, en la segunda acción de riesgo del conjunto paraguayo.
El arquero Millonario se hizo gigante para taparle un duelo individual a Federico Carrizo y le permitió a River seguir arriba en el resultado acumulado.
La combinación que no supo construir en el capítulo inicial, el equipo de Gallardo la encontró en el inicio del complemento. A los 6, Borré habilitó a Suárez al vacío para una larga corrida y Juan Pablo Carrizo le ahogó el grito de gol al delantero cordobés.
Sin embargo, el rebote le quedó a De La Cruz, que impactó la pelota con el empeine. Fue un remate seco, rasante, que pegó en el travesaño y se metió en el arco para establecer un empate aliviador.
Fue el gol del uruguayo un golpe mayúsculo para Cerro Porteño. El equipo de Russo sintió el impacto y se derrumbó anímicamente.
El actual campeón del torneo de clubes más importante del continente comenzó a manejar el juego a su antojo e incluso tuvo facilidades para ganar el partido, aunque falló en la definición.
De todos modos, logró el objetivo más importante, el de la clasificación. Y al igual que en la final de la última edición de la Libertadores, nuevamente en su camino se cruzará Boca, que viene de eliminar con comodidad a Liga Deportiva Universitaria de Quito.