Ocurrió en Santa Fe. El agresor, de 19 años, fue liberado sin consulta previa a la fiscalía de turno. El video de la golpiza se viralizó en redes sociales. Imágenes sensibles
Las inmediaciones de un boliche de la localidad santafesina de Las Rosas fueron el escenario de un nuevo y repudiable episodio de violencia de género. Allí, un joven le propinó a su ex pareja una brutal golpiza, que quedó registrada en las cámaras de seguridad. El agresor estuvo detenido pero a las pocas horas lo liberaron y fue a buscar a la víctima para golpearla nuevamente. Ahora está prófugo.
El hecho ocurrió el 28 de julio pasado, minutos antes de las 6 de la mañana, en el playón de estacionamiento del local bailable Rumba, ubicado sobre la ruta Nacional 178, entre las calles Mendoza y Tucumán. A ese lugar había concurrido Gina, de 19 años, en compañía de sus amigos.
Gonzalo Herrera, el agresor, de 19 años, empleado de una firma de producción y comercialización de pulverizadores, con quien Gina tiene dos hijas de dos años y con quien ella había terminado la relación sentimental una semana antes, se enteró de la salida de la joven y se dirigió hacia el lugar. Lo que pasó cuando la encontró, se observa en las filmaciones de una cámara de la zona.
Herrera la agarró del cuello, la tiró al piso y le dio dos patadas. Con ella en el suelo, le propinó cinco trompadas. Luego la levantó tomándola del cabello y le hizo golpear el rostro contra lo que parece el acoplado trasero de un vehículo. El video del ataque se comenzó a viralizar en las redes sociales la semana pasada. Las imágenes son impactantes.
Enfurecido y desencajado, el joven violento no cedió en su afán por lastimar a la chica. Gritándole en la cara, la quiso levantar tomándola del brazo para continuar con su cometido. Pero en ese momento, alertados por los pedidos de auxilio, llegaron efectivos de la policía provincial y lo frenaron.
"Salvaron mi vida. Si esos agentes no estaban ahí, no la contaba", dijo Gina, que fue trasladada al Hospital Samco, donde le constataron múltiples escoriasiones y traumatismos en diversas partes del cuerpo (lateral oreja izquierda, mano izquierda, torso).
Herrera fue detenido y traslado a la comisaría de Las Rosas, donde le iniciaron una causa por lesiones leves dolosas. Pero tras tomarle declaración, fue liberado.
"Hay una investigación en curso respecto del otorgamiento de esta libertad", indicó a Infobae una fuente con acceso al expediente. Lo que sucedió es que "no hubo aviso previo a la fiscalía, quien debe determinar dicha cuestión procesal, dado que el hecho ocurre a las 6 y el aviso al fiscal de turno se realiza recién a las 11:20″, agregó la misma fuente.
Esa irregularidad derivó en un nuevo ataque contra Gina: una vez afuera, el joven volvió a buscarla. Fue hasta la casa en la que ella vive junto a sus padres, en la localidad de Las Parejas. Y la volvió a agredir, delante de sus hijas.
"Según testimonios aportados a la causa, (Herrera) se hizo presente en el domicilio particular de la víctima, ingresando e intentando volver a agredirla en presencia de dos menores de edad, hijos de ambos, siendo repelido el ataque por la madre de la víctima", revelaron fuentes policiales.
"Volví del hospital y fui a mi casa. Dos minutos después de cerrar la puerta, se metió a mi hogar por la ventana. Luego, forcejeó conmigo y con mi mamá, agarró mi celular y se fue", resumió Gina al diario Crónica. El teléfono celular fue devuelto la mañana siguiente por la madre del agresor.
Desde entonces, Herrera, que no tenía antecedentes penales, permanece prófugo. "El sindicado tiene pedido de captura y lo están buscado intensamente", apuntó una fuente de la investigación a este medio. Una vez arrestado quedará formalmente imputado por los delitos de lesiones leves dolosas agravadas por el vínculo, abuso sexual (manoseo a la víctima en la agresión) y robo simple. Interviene en la causa la Unidad Fiscal de Cañada de Gómez.
"Siempre me golpeaba pero, ahora, es todo mucho más intenso. Tenía intenciones de matarme, me salvé de milagro porque justo aparecieron policías en el lugar", aseguró Gina, cuya relación sentimental con Herrera había iniciado en 2015, cuando eran adolescentes.
Y agregó: "No puedo vivir tranquila, se tiene que hacer justicia. Por mí, por mi familia y por mis hijas. No podemos vivir con miedo, no lo merecemos".