La historia de Lautaro Guzmán llegó a oídos de las autoridades de la institución, que decidieron premiar su actitud.
Lautaro Guzmán, el enfermero que denunció haber sufrido discriminación en el tren Roca, fue recibido por la Fundación Favaloro, que le entregó una distinción al recalcar que con su accionar "rescata los valores" del célebre y recordado médico argentino.
"Evitar ser influidos por conceptos dogmáticos o prejuicios propios o ajenos", forma parte de uno de los tantos principios que nos dejó nuestro fundador. Es por eso que hoy, con mucho orgullo, recibimos a Lautaro Guzmán, una persona que sin dudas rescata los valores del doctor René G. Favaloro.
El lunes, en su cuenta de Facebook, Guzmán relató que una mujer no quiso compartir asiento con él en el trasporte público por considerarlo "villero" por su forma de vestir. "La gente va por la vida juzgando por las apariencias. Acá el 'villero' con el que no me siento en el tren. Señora, ojalá nunca necesite de mí, porque para su fortuna la voy a ayudar traiga la ropa que traiga", publicó en su perfil de Facebook.
El joven de 22 años sostuvo que "el vagón no estaba desbordado ni vacío" y que la niña se sentó en el único asiento disponible, al lado de él. Lo que pasó, instante después, también lo contó Guzmán: "Ella estaba chocha porque había encontrado un asiento vacío, pero la señora la agarró la mano y se la llevó. 'Vení para acá -le dijo-, ¿cómo te vas a sentar con ese villero?'. No me lo olvido más".
Lautaro dijo que lo puso "por poner" y que ni siquiera pensó lo que había escrito. La publicación se viralizó: 86 mil veces compartido en Facebook y otros miles en Instagram. "Ese día no dormí. Me empezaron a llegar mensajes y felicitaciones por todos lados. Me pareció una locura todo lo que pasó", confesó.
El enfermero le pidió a una compañera de trabajo que le sacara dos fotos: una con la vestimenta con la que había llegado, otra con su ambo de trabajo. Sus zapatillas deportivas son lo único que se repiten en un collage de contraste. La gorra, la campera del Barcelona, el estereotipo "villero" que había confundido a la pasajera, solo era su ropa. "Siempre voy a trabajar así, es más cómodo", indicó.
"Al principio no le di mucha importancia -narró Lautaro-. No me pareció nada grave, era solo el comentario de una señora equivocada. Después me puse a pensar un poco en el prejuicio. Sentí un poco de bronca cuando llegué a mi trabajo y me cambié la ropa. Se terminó enterando todo el mundo, desde los médicos hasta el director de mi clínica. Y me apoyaron porque saben quién soy".