La deforestación y la falta de lluvias potenciaron los focos. Colombia les propuso a Brasil, Bolivia y Perú hacer un trabajo en conjunto.
El Amazonas, el bosque tropical más grande del mundo, con una superficie de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, está amenazado por la creciente deforestación. Las principales causas son la producción de soja y ganadería, la construcción de represas hidroeléctricas y carreteras, la industria minera y los incendios forestales, como el que está afectando a la región actualmente.
La selva amazónica enfrenta incendios récord, muchos de ellos productos del desmonte. Los focos crecieron 83% este año en comparación con 2018, debido a las quemas de la región amazónica potenciadas por la temporada seca, con espesas nubes de humo que en los últimos días cubrieron varias ciudades, entre ellas San Pablo.
Entre enero y el 19 de agosto de 2019 se registraron 72.843 focos, frente a 39.759 en el mismo período del año pasado, más 9500 solo en la última semana. El aumento marca un revés después de dos años de retroceso del indicador, según datos del Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
De acuerdo con especialistas, esos focos se intensificaron debido a un rápido avance de la deforestación en la región amazónica, que en julio se cuadruplicó respecto al mismo mes de 2018, según datos del INPE.
Operativo conjunto para combatir el fuego
El Gobierno colombiano propuso a sus pares de Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú realizar un "proyecto conjunto" de prevención frente a la catástrofe ambiental. "Ofrecimos la realización de un proyecto para avanzar en la prevención de los incendios forestales en el Amazonas y construir una agenda conjunta frente a los efectos del cambio climático, la deforestación y la degradación de esa zona", dijo el ministro colombiano de Ambiente, Ricardo José Lozano.
Según el Gobierno colombiano, registró 197.159 hectáreas deforestadas de bosques naturales el año pasado, lo que supuso una reducción de 22.814 hectáreas con respecto a las 219.973 de 2017.
Lozano explicó que actualmente en Colombia se implementa "la política preventiva desde los bosques" para evitar que suceda algo como lo que pasa en Brasil. "Nosotros ya nos comunicamos con el Gobierno de Jair Bolsonaro y estamos esperando que nos entreguen información mucho más sofisticada sobre las cifras reales" de la devastación", indicó.
Del proyecto que plantea Colombia forman parte "los emprendimientos con las comunidades locales, la prevención y los pactos por los bosques en donde la comunidad se compromete a no realizar prácticas que están prohibidas en épocas secas como la de agosto". La intención, explicó el funcionario, es establecer una "lucha frontal" contra la ilegalidad en lo relacionado con la tala indiscriminada y el tráfico de especies.
La recuperación
"Es una situación preocupante que genera impotencia y frustración. Estamos perdiendo el tesoro más valioso que podemos tener como humanidad", le dijo a TN el ingeniero medioambiental Mauricio Cogollo sobre el avance del fuego.
Al consultarle si puede hacerse un pronóstico del tiempo que puede demandar la recuperación de la región, señaló: "No solo es importante el tiempo que se va a tardar, sino también tener en cuenta cómo recuperar las pérdidas. No se trata de salir a plantar árboles, son más de 500 mil hectáreas quemadas, recuperar esto tardará décadas y tal vez más".
"La quema de tierra es una antigua costumbre. Eso hace que la tierra se oxide y quede fertilizada. Al quemar la tierra se lleva por delante toda la fauna. Se trata de un daño irreparable", explicó el especialista.