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Bolsonaro culpa a las ONG por los incendios fuera de control en la Amazonia

Se registraron más de 74.000 focos en lo que va del año, un aumento del 84% respecto a 2018; el presidente, criticado por su política ambiental, responsabilizó a los activistas climáticos.

22/08/2019

En medio de un descomunal aumento de los incendios forestales que afectan la Amazonia y otras regiones del interior de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro insinuó que las ONG que defienden el medio ambiente podrían haber provocado los focos de fuego para dañar la imagen de su gestión.

"Puede haber, no lo estoy afirmando, acciones criminales de esas personas de las ONG para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil. Esa es la guerra que enfrentamos", apuntó el mandatario a la prensa al salir de la residencia oficial del Palacio de la Alvorada, en Brasilia, luego de que la problemática de los incendios forestales tomó relevancia en los últimos días.

Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués), desde el 1º de enero hasta el 20 de agosto de este año se han registrado 74.155 focos, un salto del 84% en relación con el mismo período del año pasado. El INPE ha relacionado el incremento de estos incendios con el crecimiento de la deforestación de la Amazonia, que en los últimos 12 meses aumentó un 50%. Para grupos ambientalistas internacionales, como Greenpeace y World Wide Fund for Nature, así como para ONG locales, la mayor deforestación es resultado del impulso que ha dado el gobierno de Bolsonaro a la explotación de recursos naturales -minería, tala y ganadería- en áreas protegidas.

Bolsonaro, un escéptico del calentamiento global por causas humanas, ha sido muy crítico de las ONG ambientalistas, que para él "representan intereses externos" y quieren evitar que Brasil se desarrolle económicamente. Al comentar los incendios forestales ayer, destacó: "El crimen existe, y tenemos que hacer lo posible para que ese crimen no aumente. Pero sacamos dinero de las ONG. De las transferencias desde el exterior, el 40% iban para ONG. No lo tienen más. Terminamos también con las transferencias de dinero público, de modo que esa gente está sintiendo la falta de dinero".

Y explicó cuál habría sido la reacción de los ambientalistas. "El fuego se prendió, parece, en lugares estratégicos. Ni ustedes tendrían condiciones de filmar todos los lugares donde hay incendios y mandarlas para el exterior. Por lo que, todo indica, fueron allí para filmar y prender fuego. Eso es lo que siento", señaló, sin dar pruebas.

Eso sí, arremetió también contra gobernadores opositores que estarían actuando en connivencia con las ONG. "Hay gobiernos estatales que no están haciendo nada para combatir los incendios y podrían hacerlo", aseguró.

Frente a los números del INPE sobre deforestación, el presidente ya protagonizó el mes pasado un duro debate con el órgano oficial; alegó que las cifras habían sido exageradas con motivos políticos y al final despidió al director del organismo.

Ante la falta de compromiso del nuevo gobierno de Brasil para luchar contra la deforestación, Alemania y Noruega suspendieron días atrás sus aportes al Fondo Amazonia, destinado a proyectos de sustentabilidad en la selva. Para Bolsonaro, es una "ingenuidad" pensar que esos países tomaron su decisión sin querer algo a cambio. "No existe amistad entre países, existen intereses", resaltó.

La mayor parte de los incendios forestales (52,6%) actuales han ocurrido en la Amazonia, especialmente en los estados de Mato Grosso, Pará y Amazonas. Los focos de fuego ya superan en un 8% el récord de 2016, un año de extrema sequía; aunque este también es un año muy seco, no ha tenido hasta el momento la misma intensidad de aquel.

De todas maneras, para el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, cambios en los vientos fuertes han llevado al incremento de los incendios. "Tiempo seco, viento y calor hicieron que los incendios aumentasen mucho en el país", escribió en su cuenta de Twitter, antes de participar de la Semana del Clima de América Latina y el Caribe, en Salvador, donde fue recibido con abucheos.