La impactante panameña volvió a la Argentina sensual como siempre y lanzada como nunca.
Otra que offshores, evasores, tránsfugas, magnates inescrupulosos o blanqueadores compulsivos… ¡¡Los verdaderos Panama papers están acá!! Caliente, sinuosa, llena de sabrosura en la piel, ritmo en las venas y rumba en la sangre, la panameña Kate Rodríguez, acaso la mujer más sensual del planeta farandulero, ha regresado a la Argentina. Sí, porque la que se va sin que la echen vuelve sin que la llamen con sus rulos al viento que alguna vez supieron estar bien lacios.
“Me fui a Panamá con la idea de empezar de cero otra vez, pero las cosas no salieron como esperaba. La gente todavía tiene doble moral, es muy religiosa. El panameño es muy chabacano en ese sentido, y ve el arte de una forma muy fugaz. Me decían: ‘Ah… tú eres bailarina. ¿Y de qué vas a vivir? Nos da orgullo que llegues tan alto pero no nos bancamos que salgas en bolas’. No es como acá, que se respeta al artista. Me encontré con ese tipo de cosas. Yo iba a producir programas, y cuando fui a la entrevista con un gerente a presentar una idea, me preguntó: ‘¿Y tú de qué religión eres’?. ¡En una reunión de trabajo!”, cuenta.
Le dije que no creo en nada y me lo cuestionó. Me dijo que ellos eran del Opus Dei, muy devotos de la Virgen y de Jesús, después vio que hice Playboy. Todo eso, que para mí es un gran triunfo, para ellos es como una gran vergüenza. Entonces no me sentí tan madura para lidiar con gente que tiene la cabeza tan cerrada y volví. Vivir en la Argentina me abrió la cabeza y acepto a todo tipo de personas, religión, sexo. Acá la gente vive libre y lo valoro muchísimo. Acá aprendí a respetar a las personas y al medioambiente”, explica Kate con el invierno golpeando sus pupilas en una calle empedrada de San Telmo.
Ella, que es puro fuego y metralla, combate las bajas temperaturas apelando, simplemente, a su sensualidad. Con eso alcanza para que cualquier mortal se olvide de las impiadosas térmicas bajo cero…
–¿Y qué extrañabas de Argentina?
–Los hombres. Son demasiado pasados en chéveres. Son lindos, graciosos, tienen sentido del humor. El hombre argentino es un enamorador. Me copa su forma de ser y lo extrañaba mucho. También extrañaba mi trabajo, vivir de lo que me gusta. Allá estamos a años luz y esto es el primer mundo.
–Dicen que te parecés mucho a una actriz extranjera…
–Cuando explotó la serie Vis a vis recibí un montón de mensajes de gente de todas partes del mundo. “Amo lo que haces”, “Te quiero”, “Sos única” y no entendía nada. Me decían “Rizos”. No entendía nada y me puse a ver el programa. Y más que impresionarme me asusté. ¡Se parece demasiado! Dicen que todos tenemos un doble en el mundo, y la mía es Berta Vázquez.
–¿Cómo te llevás con las redes sociales?
–Interactúo muchísimo en redes sociales con mis seguidores, porque es una forma de sentirme acompañada. Fíjate: yo vivo sola, solamente me acompaña mi perra. Y poner una historia de Instagram y recibir tantos mensajes y respuestas me hace sentir rodeada de gente. Ahora lo que quiero es volver al fútbol, a las canchas, a hacer entrevistas, porque es el ámbito que me hace feliz.
–¿Estás de novia?
–Pareja no tengo. Estoy disfrutando la soltería. No tengo más ganas de estar con el chico más lindo del boliche. Me interesa otra cosa. Y si llega el amor, bienvenido sea. Pero que venga sin conflictos emocionales y sin ex locas.
–Físicamente, ¿cómo te sentís?
–Siempre he sido fitness. Y ahora siento que me falta eso. En Panamá me comí todo. ¡Toooodoooo! Ahora estoy en el proceso de volver a ser aquella, con mucho ejercicio.
–En el sexo, ¿calidad o cantidad?
–¡Calidad, calidad, calidad! Prefiero muy poco tiempo pero bueno antes que mucho tiempo remando algo que no va para ningún lado.
–¿Hacés terapia?
–Hice mucho, aquí en la Argentina. Después dejé. Pero ahora que volví me gustaría retornar. Me libera de un montón de cosas.
–¿Te ratonean los futbolistas?
No. La verdad que no. Por trabajar con ellos los naturalicé muchísimo. Estuve con algunos, pero mis mejores amantes no fueron futbolistas. Fueron otros. El físico majestuoso no influye en ese rendimiento, porque los otros tendrán menos músculos pero desarrollan otros recursos, ji, ji, ji.
–¿Cuál fue el lugar más raro donde hiciste el amor?
–En una clase de baile. Terminamos y lo hicimos. Fue muy, muy divertido.