Contienen células madre que serían valiosas en el tratamiento de potenciales problemas de salud en el niño o familiares cercanos.
Así como hace unos años empezaron a multiplicarse los bancos de guardado de células madre extraídas del cordón umbilical y la placenta, ahora en Estados Unidos existen empresas dedicadas a conservar los dientes de leche. Se publicitan bajo un slogan potente: "Guarda un diente, salva una vida".
Aunque podría tratarse solo de una promesa, lo cierto es que podría cumplirse en el futuro. Al menos eso es lo que sugieren algunas investigaciones que buscan nuevas alternativas para la medicina regenerativa y un modo de encontrar procedimientos menos dolorosos que la punción que actualmente se realiza para extraer médula espinal, necesaria para el tratamiento de ciertas enfermedades.
Según un estudio catalogado en la base de datos del Centro Nacional de Información de Biotecnología de los Estados Unidos, las células madre conservadas en los dientes de leche podrían usarse para tratar distintas enfermedades que el niño pueda desarrollar en su futuro, incluyendo el cáncer y la diabetes.
Los profesores Yun-Jong Park, Seunghee Cha, y Young-Seok Park, autores del trabajo para la Escuela de Odontología de la Universidad de Florida, Estados Unidos, también podrían ayudar a desarrollar nuevos tejidos y huesos, incluso diez años después de que el diente se haya caído.
Las células madre tienen la capacidad de transformarse en cualquier célula del cuerpo, por ese motivo los científicos las ven como uno de los mecanismos más efectivos para curar distintas dolencias.
Como se dijo, hoy en día se suelen obtener mediante una técnica invasiva para extraer médula ósea (donde se conservan nuestras células madre), en cambio los dientes de leche que se eliminaron de la boca en forma natural y que se conservaron apropiadamente evitarán cualquier forma de dolor cuando se necesite usarlos en el futuro.
El estudio citado plantea que las células madre derivadas de los dientes representan una fuente prometedora de recursos y se consideran una alternativa a las que proceden del estroma de la médula ósea. Comparten muchos puntos en común aunque tienen diferencias. En nuestros días, los estudios apuntan a su aplicación para en odontología para regenerar estructuras dentarias, sin embargo, esta función podría ampliarse al resto de los órganos. ¡Sería un verdadero golazo!