Con la ayuda de sus hijos, doña Isolina elabora el pan que cada año se corta y comparte en la misa de San Cayetano.
Cada 7 de agosto se celebra la fiesta patronal de San Cayetano y como es tradición, al finalizar la misa central se bendice un pan que luego se corta y se comparte entre los fieles que celebraron la misa.
Ese pan que se comparte pesa un poco más de 10 kilos y lo elabora doña Isolina Castaño, desde hace más de 10 años. Hoy en día tiene 85 años y para amasar el pan necesita la ayuda de sus hijos, relataron Patricia y Manuel, dos de sus 13 hijos.
“Mi mamá hace este pan desde hace más de diez años. Hoy tenemos que ayudarle, para ella es un sacrificio amasar todo esto, sus manos ya tienen 85 años y ya no puede venir a la misa, pero se esfuerza para hacer este pan”, relatan sus hijos y remarcan que lo hacen en agradecimiento por tantas bendiciones recibidas de San Cayetano, de quien es devota desde niña.
