Bandas rivales, el Comando Vermelho y Comando Clase A, se enfrentaron en el penal de Altamira, en el estado de Pará. Los asesinados son todos reclusos. Dos guardiacárceles fueron tomados como rehenes pero ya fueron liberados.
Al menos 57 reclusos fueron asesinados este lunes en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado brasileño de Pará (norte), informaron las autoridades locales, precisando que 16 de los muertos fueron decapitados.
"Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardiacárceles fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados", dijo a la AFP un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará.
Según SUSIPE (Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará), la rebelión comenzó a las 7 am, cuando reclusos del bloque A, donde se encuentran detenidos prisioneros de una organización criminal, invadieron el anexo donde se encuentran reclusos de un grupo rival.
Las autoridades bloquearon el anexo en pleno enfrentamiento, lo cerraron con llave, y los prisioneros, en respuesta, prendieron fuego el pabellón. El humo invadió el edificio y causó la muerte de los prisioneros por asfixia.
La Fuerza de Tareas de la Policía Militar está en el lugar. La Justicia de Altamira, el Ministerio Público y la Policía Civil también participaron en las negociaciones para la liberación de los rehenes. El episodio, otra masacre en las cárceles brasileñas, duró unas cinco horas. "La unidad es vieja y alberga a dos facciones criminales (Comando Vermelho y Comando Clase A). No teníamos un informe de nuestra inteligencia que proporcionara un posible ataque de esta magnitud", explicó Vasconcelos Carmo.
Videos realizados en el interior de la prisión y obtenidos por Record TV Belém muestran a los reclusos pateando las cabezas decapitadas de otros presos.
Según la Superintendencia, 372 reclusos están asignados a la prisión, que tiene capacidad para 208 reclusos.