Nicolás Carabajal fue una de las víctimas del accidente fatal. Integraba el grupo de cumbia desde hace cuatro años. Tenía una hija de un año y un bebé en camino.
El trágico accidente que se produjo este fin de semana cuando la camioneta que manejaba el cantate de cumbia "El Pepo" volcó en la ruta cerca de la ciudad bonaerense de Dolores dejó a dos familias destrozadas. Nicolás Carabajal, trompetista de la banda desde hace cuatro años, fue una de las víctimas fatales. En medio del dolor, su papá afirmó: "Fue a trabajar y volvió en un ataúd".
En diálogo con Crónica, Juan Carlos, remarcó que su hijo, al igual que el resto de los músicos, no solía viajar en la misma camioneta en la que iba el líder del grupo, Rubén Darío Castiñeiras. Ellos lo hacían siempre en otro vehículo pero esa noche la rutina cambió. "Nicolás vas a tener que ir en la camioneta de Pepo, porque él está descompuesto. Así manejan un rato cada uno", recordó el hombre que le dijeron.
El joven, padre de una nena de un año y con otro bebé en camino que nacerá dentro de un mes, hizo lo que le pidieron pero no era él quien conducía en el momento en que se produjo la tragedia que le costó la vida. "El Pepo venía a alta velocidad", afirmó Juan Carlos que, sostiene, todavía no recibió ningún llamado de la productora por lo que le ocurrió a su hijo.
Según la reconstrucción que hicieron los investigadores, el accidente se produjo por una mala maniobra del conductor, ya que en medio de la niebla habría intentado esquivar algo en la ruta, pero perdió el control y volcó fuera del camino. Nicolás, el trompetista del grupo, y su manager, murieron en el acto mientras que el cantante y una corista resultaron heridos.
"El Pepo" fue imputado de "doble homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas" y, según su abogado, Alberto Pierri, que fue a visitarlo en las últimas horas, se encuentra esposado a la cama y con custodia policial en el Hospital San Roque.
Por su parte, la familia del trompetista todavía no buscó asesoramiento legal. "No pusimos abogado porque estamos muy mal", reconoció el papá de Nicolás. De todas formas, manifestó su desconfianza sobre el avance de la causa y, con timidez, apenas se anima a pedir justicia. "Lo único que yo querría hoy es que mi hijo estuviera con nosotros", concluyó.