Australia. Médicos y familiares de la víctima indicaron que literalmente se “pudrió” desde adentro hacia afuera.
De acuerdo con los reportes, David Dowell, padre de tres hijos, fue desafiado a comerse un pequeño lagarto en una fiesta de Navidad en diciembre pasado. Dos días después lo llevaron de urgencia al hospital en "agonía absoluta".
Su hermana, Hannah Dowell, le dijo al periódico The Sydney Morning Herald que un día después de llegar al hospital, los médicos lo diagnosticaron con salmonela. Al principio la familia sospechó que estaba relacionada con el pollo, pero luego la pareja del hombre, Allira Bricknell, recordó el desafío y se lo comentó a los médicos, señalando que en realidad no lo vio ponerse el lagarto en la boca.
Los síntomas de Dowell habían progresado rápidamente e incluían vómitos, hinchazón abdominal masiva y líquido en los pulmones.
El hombre murió el 11 de diciembre durante una cirugía, una semana después de ser diagnosticado. De acuerdo con su familia, el fallecido sufrió una falla masiva de los órganos y "básicamente se pudrió de dentro hacia afuera".
Bricknell ha señalado que luego de más de 6 meses de su muerte la familia todavía está buscando respuestas sobre lo sucedido.
"No sabemos al 100% cómo pasó, pero en el certificado de defunción real, sí se mencionó la ingestión de un gecko, así que supongo que fue eso", dijo la mujer a 7news.com.au.
Los especialistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), por su parte, advierten que los reptiles pueden ser una causa de salmonela humana, a pesar de parecer sanos y limpios, y no recomiendan mantener a estos animales cerca de niños menores de 5 años, personas mayores o con sistemas inmunitarios debilitados. También aconseja mantener a los reptiles fuera de la cocina o cualquier lugar donde se preparen, sirvan o consuman alimentos.