Según un estudio, algunas personas "están llevando la 'autocuantificación' de los parámetros para dormir bien demasiado lejos".
Calcular cuánto descansas realmente cada noche, si hablas o te mueves mientras duermes, cuándo es tu sueño ligero o profundo, si roncas, si los ruidos te alteran, cuál es el momento idóneo para despertarte...
La calidad del sueño depende de tantas cosas que puedes medir hoy en día gracias a las nuevas tecnologías que resulta difícil pensar que, aún así, uno pueda descansar mal. Sin embargo, ocurre.
De hecho, analizar todos esos parámetros puede perjudicar tu sueño y convertirse en una verdadera obsesión que los especialistas llaman "ortosomnia", un término que proviene de "orto" -del griego orthos, que significa correcto- y "somnia", sueño.
Según se lee en un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine, una revista mensual de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), algunas personas "están llevando la 'autocuantificación' (de los parámetros para dormir bien) demasiado lejos".
Pero ¿cómo puede perjudicar la búsqueda del sueño perfecto a tu propio descanso?
En busca del sueño ideal
Un adulto debería dormir al menos siete horas, pero pocos cumplen la pauta, y cada vez son más quienes usan la tecnología para tratar de lograrlo.
"El uso de dispositivos de seguimiento del sueño se está expandiendo rápidamente y proporciona una oportunidad para que los individuos se involucren en el monitoreo de sus patrones de sueño", explican Nancy Jao, Rebecca Mullen y otras tres especialistas de la Northwestern University, en Illinois, en el informe.
"Pero hay un número creciente de pacientes que buscan tratamiento para trastornos del sueño autodiagnosticados, como la duración insuficiente o el insomnio por periodos de descanso ligero o sueño agitado que observan en los datos de sus aplicaciones", añaden.
Esa "búsqueda perfeccionista del sueño ideal" puede resultar en un incremento del cansancio diurno ya que los dispositivos que se usan para medir todo tipo de constantes sobre el sueño pueden aumentar la ansiedad en algunos pacientes, explican.
Además, advierten que hay varios estudios que dicen que los dispositivos que se usan para medir el sueño son "poco precisos" y que la "falta de transparencia" de esos aparatos imposibilita saber hasta qué punto son fiables.
Un ejemplo de cómo las aplicaciones que monitorean el sueño -como Sleep Cycle, Pillow o Sleep Time- pueden ser contraproducentes es que a veces nos empujan a pasar demasiado tiempo en la cama para tratar de aumentar la duración del sueño que reporta la app, "lo cual puede exacerbar el insomnio", advierten.
"Puesto que esos dispositivos tienen a sobreestimar el sueño, pueden servir para reforzar los malos hábitos animando a prolongar el tiempo que pasamos en la cama".
Quienes sufren ortosomnia a menudo padecen irritabilidad, problemas de concentración y apatía cuando al despertar comprueban en la aplicación que sus horas de sueño no fueron todo lo buenas que deberían.
Los expertos analizaron el uso de dispositivos para medir la calidad del sueño en Estados Unidos y concluyeron que los utilizan un 10% de la población en ese país y en torno al 50% considera comprarse uno. Existen cientos de aplicaciones, pero las marcas más usadas son Fitbit, Apple Watch, Nike o Jawbone.
Su uso no se limita a EE.UU.; se está extendiendo por el mundo.
Las pulseras y relojes inteligentes, y las aplicaciones que para medir el sueño prometen un análisis profundo del descanso.
"Si utilizas un dispositivo Fitbit para monitorizar el sueño, verás un registro de las fases por las que pasas durante la noche", dicen los fabricantes de la pulsera de actividad. En el sitio web de Apple Watch se lee que puedes usarlo para "hacer un seguimiento de las horas de sueño en el iPhone" e incluso registrar un historial.
Sleep Cycle promete un "análisis del sueño patentado" y hacer que despertar te resulte "muy sencillo" para que te sientas "descansado y lleno de energía". Y Sleep Time, de Apple, permite evaluar tendencias "a largo plazo" o analizar tus ciclos de sueño.
Sin embargo, "a pesar de su interés creciente entre los consumidores, los profesionales del sueño han sido muy cautelosos a la hora de incluir estos dispositivos en un tratamiento por su poca concordancia con la polisomnografía y la actigrafía (los aparatos médicos que se usan para medir el sueño)", dice el estudio.
La duración y calidad del sueño son los factores que más preocupan a la gente, según los científicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la falta de descanso es un problema global, por eso cada vez se le da más importancia en la salud pública.
Pero a eso se suma que la mayoría de quienes padecen problemas de sueño no buscan ayuda profesional.
La falta de sueño puede convertirse en un problema grave para la salud, pero obsesionarse con lograr el descanso perfecto puede ser una fuente de estrés. Por eso los médicos del sueño prefieren recetar cambios de rutinas que aplicaciones.
Consejos para dormir bien (según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos):
- Ajústate a un horario de sueño: acuéstate y levántate a la misma hora cada día.
- Evita la cafeína y la nicotina.
- No hagas ejercicio muy tarde durante el día.
- Evita las bebidas alcohólicas antes de acostarte.
- Evita comidas y bebidas abundantes a altas horas de la noche.
- No duermas una siesta después de las 3:00 pm.
- Relájate antes de acostarte; por ejemplo, no tomes un baño caliente.
- Crea un ambiente apropiado para dormir.
- Deshazte de las distracciones que tengas en la habitación: ruidos, luces brillantes, una cama incómoda, un televisor o una computadora.
- Visita a tu médico si continúas teniendo problemas para dormir.
Fuente: BBC