Aunque no lo creas, puede que lo estés haciendo mal.
NUNCA FROTARTSE LAS MUÑECAS
Por qué tenemos la manía de juntar las muñecas después de colocarnos nuestra fragancia preferida es un misterio y una gran equivocación. “Hay que pensar el perfume como una construcción perfecta, con más de 100 notas, que están pensadas para que se expresen determinados segundos, minutos u horas luego de aplicarlo, al frotar lo que sucede es que se acelera ese proceso y rompemos la idea del perfumista. Sentiremos un solo aroma con temperatura”, responde Pablo Schenfeld, embajador de fragancias Dior para LATAM y un verdadero fanático del tema. Basta con seguirlo en su cuenta de Instagram para que nos contagie su pasión.
VAPORIZAR CON CIERTA DISTANCIA
“Más allá del frotado, un error habitual es la distancia en que se coloca. Muchos incrustan el vaporizador en su cuello o detrás de las orejas y la forma correcta es que se deposite una bruma sobre la piel a aproximadamente a 30 cm”, explica el especialista de Dior.
NO APLICAR PERFUME EN EL CABELLO
“Si es perfume de cabello, claramente sí lo haremos. Pero si hablamos del tradicional no. Más aún si utilizamos una fragancia de buena calidad porque esta posee altas concentraciones de aceites esenciales más alcohol, lo que a la larga afectará la salud del cabello”.
UN AROMA FUERTE NO GARANTIZA CALIDAD
“El poder del aroma tiene que ver con la concentración o tipo de componente, pudiendo ser una esencia fuerte como un absoluto”, explica Schenfeld.
EL PERFUME PUEDE MANCHAR LA ROPA
“En realidad, depende de la calidad. Si el perfume es de verdad, el jugo no debería ser muy colorido si lo es, tiene altas cantidades de colorante y ese si puede generar una mancha u aureola”, sentencia Pablo Schenfeld.