Un pequeño de 9 años fue asesinado, mutilado y descuartizado por su madre y la pareja. El mandatario lamentó que la máxima condena sea de 30 años.
Tras el asesinato del niño de nueve años que fue acuchillado, descuartizado y decapitado por su madre y su pareja, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lamentó que la Constitución no permita la cadena perpetua.0ñ
"El escandaloso caso del niño Rhuan, al que cortaron su órgano genital y fue descuartizado por su propia madre y su pareja, es uno de los muchos crímenes crueles que ocurren en Brasil y que nos hace pensar que lamentablemente nuestra Constitución no permite la cadena perpetua", dijo el mandatario.
- O chocante caso do menino Ruan, que teve seu órgão genital decepado e foi esquartejado pela própria mãe e sua parceira, é um dos muitos crimes cruéis que ocorrem no Brasil e que nos faz pensar que infelizmente nossa constituição não permite prisão perpétua.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 18 de junio de 2019
Después, tras participar en un evento en el Palacio de Planalto, Bolsonaro volvió al asunto. "Está en la Constitución (...) que en Brasil no puede haber pena de muerte, ni cadena perpetua (...) Entonces la gente no puede ni pensar en hablar de eso. Pero la voluntad de la gente es que se pudran en la cárcel quienes cometieron ese acto bárbaro", afirmó.
La sentencia máxima en Brasil es de 30 años en prisión. El ultraderechista siempre ha defendido sanciones más duras en el sistema penal.
El brutal asesinato
Según el informe policial, el pasado 31 de mayo, después de que el pequeño Rhuan Maycon se durmiera, su madre, Rosana Auri da Silva Candido, de 27 años, le asestó una docena de cuchilladas, mientras su pareja, Kacyla Priscila, de 28 años, lo sujetaba. A continuación, Candido decapitó al menor, aún con signos de vida.
Ambas mujeres fueron detenidas el 1 de junio y serán condenadas por asesinato agravado con tortura y "lesión corporal gravísima". La suma de las condenas puede alcanzar los 57 años de cárcel para cada una.
Los investigadores confirmaron que las acusadas habían mutilado el pene y los testículos del niño hace más de un año, supuestamente por "venganza contra el padre y los abuelos del niño". La Policía cree que el asesinato habría estado motivado por un fanatismo religioso exacerbado y un "profundo odio al niño".