Al término de la práctica, Scaloni juntó al plantel en el centro del campo de juego para remarcar cuestiones tácticas.
El entrenamiento de la Selección Argentina en Belo Horizonte, previo a la segunda fecha ante Paraguay del Grupo B de la Copa América, terminó con una imagen llamativa: reunión entre el cuerpo técnico y los jugadores en el centro del campo de juego y gestos enérgicos de varios de los involucrados.
La idea de Lionel Scaloni era hablar de ciertas cuestiones tácticas y futbolísticas y dejar en claro lo que buscaba para el duelo de mañana. Sin embargo, su voz no fue la que sonó más fuerte en ese cónclave. Primero Lionel Messi y luego varios de los referentes (Nicolás Otamendi, Ángel di María y Sergio Agüero) le recriminaron al entrenador haberse enterado de los cambios a través de la prensa.
Ayer había incertidumbre en el plantel sobre quiénes jugarían ante Paraguay, mientras en los medios ya se hablaba de las cuatro variantes que se terminaron confirmando hoy. Luego, en la sesión de videos, a varios les quedó en claro lo que iba a suceder. Por caso, Agüero y Di María se dieron cuenta que no iban a jugar, al tiempo que Milton Casco supo que iba a ocupar el lugar de Renzo Saravia.
El tiempo pondrá esta charla caliente en el lugar que corresponde. Lo cierto es que esos casi 40 minutos de reunión terminaron, otra vez, siendo tanto o más relevantes de lo que se pudo ver en cancha. De hecho, fue más extenso el tiempo dedicado a las palabras que el que se le dedicó al táctico prepartido.