Los tumores de colón-recto pueden diagnosticarse con la colonoscopía. La detección temprana eleva al 90% las posibilidades de curación.
El cáncer que causó la muerte de la actriz argentina Beatriz Salomón, es uno de los más frecuentes en Argentina. Según datos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer, un organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de colón-recto es el segundo con mayor incidencia en Argentina, tanto en hombres como en mujeres: en 2018 se diagnosticaron 15.692 casos.
En las mujeres, estos tumores representan el 10,8% del total, detrás del cáncer de mama (32,6%). En los hombres, el 14,5%, detrás del cáncer de próstata (19,7%). Respecto de la mortalidad, también en 2018, 3.970 mujeres y 4.751 hombres fallecieron a causa de estos tumores, lo que los ubica también segundos en mortalidad (detrás del cáncer de mama en las mujeres y del de pulmón en los varones). El 12,8% del total de defunciones por cáncer del año pasado se debió a estos tumores. Esta semana, también a causa de un cáncer intestinal, falleció el periodista Sergio Gendler.
Sin embargo, si se detecta de manera temprana, las posibilidades de curación son superiores al 90%, según la Secretaría de Salud de Nación. El cáncer colorrectal se desarrolla en el colon y el recto (intestino grueso), y en más del 80% de los casos se genera primero un pólipo denominado adenoma, que puede crecer lentamente durante más de 10 años y transformarse en cáncer si no se extirpa a tiempo.
Por eso es clave la realización de controles periódicos para diagnosticar estos pólipos. La principal herramienta de detección es la colonoscopía, un estudio que utiliza un tubo flexible con una cámara para examinar minuciosamente el colon y el recto. También puede diagnosticarse con un test de sangre oculta en materia fecal, ya que los pólipos o los tumores pueden generar provocar la aparición de sangre en las deposiciones.
Desde Salud recomiendan que todas las personas de 50 a 75 años aunque no tengan síntomas se realicen chequeos periódicos. Si tienen antecedentes familiares, tuvieron pólipos previamente o sufren colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, los controles deben empezar antes. También hay que consultar al médico frente a síntomas como sangrado o cambios en la forma habitual de evacuar el intestino, dolores abdominales o rectales frecuentes, anemia o pérdida de peso.