Arqueólogos descubrieron las pruebas en un complejo de tumbas de 2.500 años ubicado en las montañas de Pamir, una región cerca de la China moderna.
Un estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances dio a conocer la evidencia directa más temprana de personas que fumaban marihuana. Los arqueólogos descubrieron las pruebas en un complejo de tumbas de 2.500 años ubicado en las montañas de Pamir, una región cerca de la China moderna, Pakistán y Tayikistán.
Los excavadores encontraron 10 cuencos de madera y piedras que contenían residuos quemados de cannabis. Según los investigadores, las piedras calientes se usaron para quemar la planta mientras el humo era inhalado como parte de un ritual de entierro.
Veracidad de las pruebas
En la actualidad los estudiosos no se fían del simple hallazgo de semillas de la planta cannabis como prueba de su consumo, ya que históricamente la planta ha tenido múltiples usos, como la extracción de aceite y la obtención de fibras para hacer tela.
En esta investigación, mediante nuevas técnicas de análisis químico los científicos examinaron los residuos y encontraron evidencia de una alta concentración de THC (principal componente psicoactivo de la marihuana). La mayoría de las plantas silvestres de cannabis contienen niveles bajos de esta sustancia, por lo que consideran que este tipo de marihuana fue seleccionado o cultivado a propósito.
La excavación del cementerio conocido con el nombre de Jirzankal inició en 2013, y en el lugar también se hallaron otros objetos que pudieron haber sido usados en rituales funerarios, como fragmentos de tela de seda y arpas.
"Algunos de los artefactos son de Asia Central y algunos de China Central", afirmó Dorian Fuller, un arqueólogo y botánico del University College de Londres que no participó en el estudio a AP.
El uso de drogas en la antigüedad ha sido intrigante para los estudios. El historiador griego Heródoto mencionaba en sus escritos a personas que fumaban cannabis en Asia Central en el siglo V A.C. En la misma región de Asia y Siberia meridional se descubrieron semillas y plantas de este tipo enterradas en tumbas.