El delantero de Boca tuvo chances muy claras para marcar ante Tigre pero no pudo ni cuando el partido estaba 0-0 ni en el complemento.
La derrota de Boca en la final de la Copa de la Superliga se explica, en gran medida, por las chances que el Xeneize no pudo concretar a través de su número 9: Darío Benedetto.
El Pipa tuvo la primera clara a los 15 minutos de juego, cuando con el partido 0-0, Mauro Zárate lo asistió con un pelotazo, el 9 controló y definió al palo.
Ya en el complemento, Benedetto tuvo tres situaciones para volver a poner a Boca en partido, luego de la ventaja de 2-0 que había sacado Tigre con los goles de Fede González y Janson en el primer tiempo. A los 18 fue la más clara de todas, cuando Lisandro López le puso un centro preciso, Benedetto, se tiró de palomita libre de marca, e increíblemente cabeceó afuera, desde la puerta del área chica.
Dos minutos después, se generó bien el espacio y sacó un remate cruzado abajo que el arquero Marinelli sacó bien al córner. Y todavía iba a quedar una más: a los 31 volvió a rematar de cabeza tras un notable salto apareciendo desde el segundo palo, pero su testazo se estrelló en el travesaño y salió. Una noche para el olvido...