Los Reds se impusieron por 2 a 0 en Madrid y se quedaron con toda la gloria.
En una deslucida final entre equipos ingleses, Liverpool golpeó hoy en los momentos justos ante el Tottenham del argentino Mauricio Pochettino y ganó la final 2-0, en el Metropolitano de Madrid, para levantar por sexta vez en su historia la Champions League.
Los goles de los Reds los anotaron Mohamed Salah, en el comienzo, y Divock Origi, cerca del final. Otro valor importante en el campeón fue el arquero brasileño Alisson Becker, quien se convirtió en una muralla.
El Tottenham de Pochettino no pudo escribir su página dorada, pese a haber redondeado un gran torneo.
El primer tiempo tuvo un arranque impensado porque antes del primer minuto de juego, Sané apareció por izquierda, controló y tiró el centro al área, y el balón pegó en el pecho y en la mano de Sissoko, quien de modo imprudente había extendido su brazo. El árbitro cobró penal y Salah convirtió frente a Lloris para el tempranero 1-0.
A partir de ahí, el partido cambió de sintonía porque Liverpool esperó al rival y buscó atacar con algún pelotazo para su tridente ofensivo.
Los de Pochettino buscaronser prolijos en el manejo de la pelota, aunque no pudieron desnivelar con Son y Alli, y sus avances terminaron sin profundidad.
De esta manera, el juego se tornó de bajo nivel y casi sin situaciones de peligro. Antes del descanso, el Liverpool tuvo una corrida de Robertson por izquierda y un bombazo que Lloris envió al córner.
Tottenham apretó luego y Alisson evitó una buena chance para los Spurs al contenerle un disparo al ingresado Moura. A seis del final, el arquero se estiró y mandó al córner un tiro libre de Eriksen.
En el mejor momento de los Spurs, Liverpool aprovechó una serie de rebotes en el área para que por medio de un tiro cruzado de Origi aumente el tanteador, en 41.
Alisson siguió incrementando su figura en los últimos minutos y Liverpool gritó campeón y tuvo revancha después de haberse quedado muy cerca en la final 2018.