El virus podría desaparecer de la lista de enfermedades erradicadas en EEUU si el brote registrado en Nueva York continúa durante el verano.
En lo que va de 2019 se han registrado en Estados Unidos 971 casos de sarampión, la cifra más alta de los últimos 27 años en el país desde 1992, cuando fueron identificados 963 casos en todo el año, de acuerdo con un comunicado publicado por el Centro de Control de Enfermedades (CDC) norteamericano, que vuelve a instar a las familias a que inmunicen inmediatamente a sus hijos tras garantizar por enésima vez que las vacunas no producen autismo.
"El sarampión es una enfermedad prevenible y para acabar con ella hay que asegurarse de que todos los niños y todos los adultos se vacunen. Una vez más quiero garantizar a los padres que las vacunas no provocan autismo y que el peligro más grande de toda esta situación es la enfermedad misma que previenen estas vacunas", ha manifestado el director de la agencia norteamericana, el doctor Robert Redfield.
El CDC ha constatado brotes en 27 estados, algunos de carácter sostenido, como en Nueva York, donde lleva en activo los últimos ocho meses. De continuar a lo largo de este próximo verano, según el centro, podría obligar a las autoridades norteamericanas a eliminar el sarampión de la lista de enfermedades erradicadas.
"La erradicación del sarampión", ha recordado Redfield sobre el logro que alcanzó el país en el año 2000, "supuso una tarea de envergadura monumental", al culminar un esfuerzo que comenzó casi 35 años antes, en 1966. Antes de que se extendiera la vacuna, entre tres y cuatro millones de personas padecían sarampión cada año. La enfermedad dejaba casi 50.000 hospitalizados y el número de muertos oscilaba entre 400 y 500.
"Conseguimos acabar con el sarampión por dos motivos. Primero, al alcanzar la plena disponibilidad de una vacuna segura y eficaz. Segundo, por la consolidación de una sólida infraestructura sanitaria, capaz de detectar un contener el sarampión", ha explicado el director del CDC, quien ha realizado constantes peticiones a las familias para que "protejan tanto la salud de sus hijos como de las comunidades en las que viven".
El CDC anima a que los padres con dudas "consulten con sus pediatras porque son ellos los que conocen a los pequeños, conocen a la comunidad, y solo quieren que los padres entiendan mejor cómo funcionan las vacunas, porque cualquier preocupación causada por la falta de información o por las mentiras puede desembocar en que los padres acaben decidiendo que sus hijos no van a vacunarse".
"Todos los padres quieren que sus hijos crezcan con salud. Tenemos que trabajar todos juntos para asegurarnos de que la información que reciben es creíble, exacta, y ajustada a la realidad", ha concluido el CDC.
Fuente: mdzol.com