El PBI argentino caerá un 1,8 % en 2019, una décima menos de lo previsto en noviembre pasado.
La economía argentina saldrá progresivamente de la recesión, con tasas trimestrales de crecimiento que volverán a ser positivas este mismo año, gracias al empuje de las exportaciones, aseguró este martes la OCDE en su informe semestral de perspectivas para la Argentina.
"Habida cuenta de que la demanda interna sigue siendo escasa, se prevé que sean las exportaciones las que impulsen la recuperación y que a lo largo de 2019 las tasas de crecimiento trimestrales regresen a terreno positivo. Sin embargo, la disminución de los flujos internacionales de comercio podría limitar la demanda global para las exportaciones argentinas", señaló el informe.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el PBI argentino caerá un 1,8% en durante el año 2019, una décima menos de lo que el organismo internacional había previsto en noviembre del año pasado.
Sin embargo, revisó a la baja su pronóstico para 2020. Para ese año estimó que la economía argentina habrá dejado atrás "con holgura" la recesión para crecer un 2,1%, frente al 2,3% pronosticado hace seis meses.
Para el organismo con sede en París, hay varias amenazas todavía que ponen en riesgo la recuperación, principalmente las "políticas macroeconómicas contractivas y la incertidumbre política ante las elecciones de octubre de 2019″.
Además, en su informe, detalló cuáles son los problemas que golpean en la actualidad a Argentina, con especial énfasis en los altos niveles de inflación que responden a la fuerte devaluación de la moneda.
Para contrarrestar sus efectos, elogió el "ambicioso" plan fiscal del presidente Mauricio Macri, que debería alcanzar el equilibrio presupuestario este año y conseguir un superávit primario del 1% del PIB en 2020, comparado con el déficit fiscal primario del 2,4% con el que se cerró el ejercicio de 2018.
Además, la OCDE destacó los esfuerzos del Banco Central por llevar a cabo una política monetaria más restrictiva debido al reciente impulso de la inflación, aunque señaló que se necesitarán mayores progresos en las reformas estructurales para mejorar la productividad.
Sin embargo, una "ralentización del comercio internacional" podría limitar el crecimiento de las exportaciones, advirtió la OCDE, que pese a todo cree que una demanda interna más fuerte podría compensarlo y llevar al PBI a un crecimiento por encima del 2% el año que viene.
"Es necesario seguir avanzado con las reformas estructurales para mejorar la productividad, impulsar las exportaciones y fortalecer el crecimiento. La competencia sigue siendo escasa en muchos sectores, debido a las restricciones domésticas a la entrada de empresas, los obstáculos al emprendimiento y las restricciones a las importaciones", precisó la OCDE.
"El descenso de los precios al consumidor que se obtendría con una competencia doméstica y extranjera más reñida mejoraría el poder adquisitivo de los hogares, en especial el de aquellos con bajos ingresos. Un mejor acceso a insumos intermedios incrementaría la productividad y la competitividad de los productores nacionales, permitiendo a las empresas crear empleos formales y mejor remunerados", agregó.