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Revista

Cinco beneficios psicológicos de hacer ejercicio físico

La actividad física nos mantiene en buena salud y ayuda a prevenir enfermedades.

03/05/2019

El ejercicio físico contribuye a mantener una buena salud y a prevenir diversas enfermedades. Incluso, practicarlo de forma regular es una excelente vía para despejar la mente, tomar decisiones y alcanzar el bienestar emocional.

Nos hemos acostumbrado a pensar que la mente y el cuerpo son dos realidades distintas que no tienen nada que ver. Pero esto no es así. Cuerpo y mente se modelan mutuamente, trabajan juntos y no se aíslan entre sí. De hecho, su relación y forma de funcionar son fundamentales para nuestra salud.

Los investigadores han descubierto que sin importar la edad o la condición, el ejercicio físico tiene efectos magníficos sobre las capacidades de aprendizaje y el bienestar emocional. Muchos problemas emocionales se regulan y se pueden tratar mejor mediante el deporte y la actividad física. Para mirar esto con más detalle, veamos algunos de esos beneficios.

1. El ejercicio físico incrementa la autoestima
¿Cómo es posible que el ejercicio físico modifique un aspecto tan interno como la autoestima? Simplemente porque al realizar actividades para el cuidado del cuerpo y ampliar los límites de exigencia física, también aumenta la percepción positiva que uno tiene de sí mismo.

Después de hacer ejercicio físico se experimenta una sensación similar a la que se siente cuando se obtiene un logro. Esto, por lo tanto, aumenta la valoración de lo que uno es y lo que uno hace. Además, el ejercicio físico tiene la propiedad de que mejora la apariencia en un tiempo relativamente corto. La piel se revitaliza, el cuerpo se tonifica y todo en conjunto nos hace ver más atractivos.

2. Activa la química de la felicidad
Uno de los efectos del ejercicio físico sobre el cerebro es la activación de la producción de endorfinas. Unas sustancias químicas que actúan como neurotransmisores. Su función es la de reducir el dolor físico, casi como lo haría un medicamento, y, a la vez, crear una sensación de felicidad.

Por esta razón, el ejercicio físico es muy recomendable para quienes tengan síntomas de depresión o simplemente se encuentren “bajos de ánimo”. De hecho, hacer 15-20 minutos de ejercicio resulta muy beneficioso cuando nos sentimos tristes.

3. Reduce el estrés y la ansiedad
La actividad física es una excelente vía para disminuir la tensión muscular, lo cual incide significativamente en los estados de estrés. Por un lado, ejerce una función distractora que permite reducir los estados de alerta y disminuir los niveles de ansiedad. Por otro, el carácter recreativo del ejercicio y del deporte hacen que se liberen muchas tensiones emocionales.

Además, el ejercicio físico y el deporte contribuyen en el proceso de reabsorción del “cortisol”, también conocido como “la hormona del estrés”. En los estados de miedo, angustia y ansiedad hay una cantidad significativa de esta hormona en nuestro organismo. Al realizar actividades físicas, el organismo la asimila y esto se refleja en disminución del estrés.

4. Protege contra el deterioro cognitivo
El deporte y el ejercicio físico no solo ejercen un magnífico efecto sobre nuestro estado de ánimo, sino que también son determinantes en nuestras habilidades cognitivas. Si se realizan actividades físicas con frecuencia, aumentan varias sustancias químicas en el cerebro que evitan la degeneración de algunas neuronas en una zona llamada “hipocampo”.

Dicho de otra manera, el ejercicio físico contribuye a que nuestro cerebro se mantenga funcionando bien con el paso de los años. Las personas sedentarias están más expuestas a sufrir de enfermedades como Alzheimer al llegar a una edad avanzada.

5. Facilita el control de las adicciones
El ejercicio ha demostrado ser un excelente motivador para quienes desean dejar de fumar. Además de ayudar a recuperar la capacidad pulmonar, también contribuye a reducir los efectos secundarios de la abstinencia.

La actividad física es magnífica como complemento de los procesos de deshabituación y desintoxicación en varios sentidos. Por un lado, incrementa la sensación de control sobre el propio comportamiento. Por otro, ayuda a construir hábitos de vida saludables y reduce los síntomas del síndrome de abstinencia.

Estos son solo algunos de los extraordinarios beneficios psicológicos  del ejercicio físico. Como ves no tienes que volverte un atleta. Lo mejor es que logres hacer al menos 15-20 minutos de ejercicio al día. Si no te es posible, prueba con media hora durante tres días a la semana. Seguro que rápidamente notarás sus efectos.