El ex futbolista de River no pasa un buen momento en el Atlanta United: juega poco y no logra adaptarse.
Gonzalo Martínez dejó River en uno de los mejores momentos de la historia del club. El Pity, de hecho, sabía que iba a ser difícil irse del Millonario después de la final en el Santiago Bernabéu, pero nunca imaginó que le iba a costar tanto destacarse en la Major League Soccer.
El talentoso futbolista de 25 años desembarcó en la MLS como una de las estrellas del certamen, pero su presente marca algo muy distinto: hoy está lejos de su mejor nivel y su equipo, Atlanta United, que la temporada pasada fue campeón con el Tata Martino, va último en la conferencia del Este, con apenas 8 puntos en 6 partidos.
La frustración del Pity se vio claramente en el último partido del equipo: faltando 20 minutos para el final, el volante fue reemplazado y estalló de furia. No sólo no saludó al compañero que entraba, sino que también insultó al DT, Frank de Boer. Luego se sentó en el banco con cara de fastidio, revoleó una botella de agua y golpeó el asiento de otro futbolista, que lo miró incrédulo.
Encima, tres minutos después de su salida llegó el gol del Atlanta, que terminó derrotando por un ajustado 1-0 al débil Colorado Rapids, por lejos el peor equipo de la MLS y con apenas dos puntos en nueve partidos.
Sin dudas la actitud del Pity tiene que ver con el mal momento que está pasando en la MLS. No sólo no juega, sino que además no tiene una buena relación con su técnico. Además, no puede adaptarse a la vida en EE.UU., lo que es un problema de base.
Martínez llegó a Atlanta pedido por Martino. Sin embargo, apenas puso un pie en los Estados Unidos el exjugador de River se encontró con la noticia de que el Tata había decidido no renovar su vínculo para firmar con la selección de México. El holandés Frank de Boer, actual entrenador, todavía no pudo sacar lo mejor del Pity. Su bajo rendimiento lo llevó a ser suplente en la mayoría de los partidos.
La adaptación familiar, según indican fuentes cercanas al futbolista, tampoco sería la mejor. La distancia entre el Pity y gran parte de sus seres queridos es algo con lo que tiene que convivir. Ante esa soledad, Martínez se refugia en sus compañeros argentinos del plantel: el domingo pasado comió un asado junto a Barco, ex Independiente.
Su último post en Instagram también refleja su situación: "Hay que seguir más fuertes que nunca!! #vamosatlanta @atlutd", escribió el Pity. Sabe que los primeros meses son los más complicados para adaptarse y tiene que seguir para superar la etapa por la que pasan la mayoría de los futbolistas.
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Ante ese escenario, en River -sobre todo Gallardo- tomaron nota. En las últimas horas se supo que lo quieren repatriar. Pero eso no significa que será sencillo: el equipo estadounidense invirtió casi 13 millones de dólares en su pase, por lo que no se desprenderá tan fácil. Por ahora, lo único que puede hacer el Pity es recuperar su nivel, volver a a la titularidad y terminar de adaptarse. Esa será la única forma en la que pueda pensar con más claridad su futuro.