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Regionales

En Tucumán ni los policías se salvan de los motochorros: lo balearon para robarle el celular

El efectivo resultó herido y tuvo que ser hospitalizado. Debe realizar tratamientos de rehabilitación.

26/04/2019

“Por suerte, no se dieron cuenta que llevaba puesto el uniforme de Policía. Si eso pasaba, no estaría contando esta historia”, manifestó el jueves Julián Valdez, de 38 años. El agente de la fuerza de seguridad de la provincia recibió el miércoles por la noche dos tiros en las piernas, en momentos en que al menos cinco desconocidos armados intentaban robarle las pertenencias en la zona sur del Gran San Miguel de Tucumán.

Los integrantes de la banda, que se movilizaban en tres motocicletas, intentaron primero robarle el rodado al uniformado, en las adyacencias de avenida Alem y Horacio Williams Bliss, según fuentes policiales. Como no pudieron hacerlo, se llevaron el celular, entre otras cosas. Valdez volvía de cumplir servicio adicional y se trasladaba hasta su casa, en Manantial Sur.

“Sentí un disparo en la pantorrilla izquierda. Me tiraron al suelo luego y empezaron a registrarme para sacar lo que tenía. Me decían que entregue todo”, relató la víctima. Contó que dos miembros del grupo lo sujetaron tras caer de la moto, y que uno de ellos efectuó el segundo tiro que impactaría en la rodilla derecha. “Venía con una capa encima, por eso no se dieron cuenta que estaba con el uniforme”, detalló.

“Logré agarrar el casco de uno de ellos, lo que me permitió tirarlo al suelo. En esos instantes, salí corriendo. Ya me habían sacado el celular. Ahí, ellos no pudieron arrancar una moto y la dejaron ahí”, recordó. “No sentí dolor, sólo algo así como un golpe. Sabía que eran proyectiles”, rememoró.

Después del ataque, Valdez se subió a su rodado y se movilizó unas cuadras hasta que dio con otro policía. “Agarré la moto y a cuatro cuadras me encontré con un policía. Luego me llevaron en un móvil del 911 hasta el hospital Padilla”, contó.

Valdez recibió el alta médica, tras seis horas de control en el centro sanitario de la capital. “Ahora puedo caminar un poco, aunque tengo que iniciar un tratamiento con un traumatólogo, entre otras cosas. Tengo los dos proyectiles en el cuerpo todavía”, dijo desde su casa. “Soy policía hace 14 años y no me habían atacado. Lo que más quiero ahora es volver a trabajar, pero tengo que visitar a los médicos”, finalizó.