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Regionales

Un pueblo involucrado en una pelea por la herencia de un millonario cordobés

La historia tiene tintes de telenovela. Se disputan 500 millones de dólares. Dos hermanas de más de 20 años se casaron con dos hermanos de 80 años.

22/04/2019

A la histórica disputa por la herencia millonaria del cordobés Juan Manubens Calvet que lleva casi 40 años de discusión por unos US$500 millones, ahora se sumó otra en un pueblito de unos 3000 habitantes, en el norte provincial , en La Para. Dos hermanas, hijas de un tambero, se casaron con dos hombres (hermanos entre ellos) 60 años mayores y pelean con la hija de uno de ellos por una fortuna derivada de unas 400 hectáreas valuadas entre US$8000 y US$10.000 cada una.

Pedro, Isidro y Ciriaco Titti eran los tres hermanos de una familia que a inicios del 1900 se instaló en La Para, unos 160 kilómetros al norte de Córdoba; en los últimos años de su vida se instalaron en la casa central de la estancia criaban vacas lecheras. Había, además, una hermana que tenía un hijo, a quien sus tíos no querían heredar por eso -según confirmaron fuentes a al diario La Nación- decidieron "favorecer" a las dos jóvenes que los habían cuidado y atendido en los últimos años.

 En 2008 Isidro, de 78 años, se casó con Liliana Basualdo, de 22, quien se convirtió en administradora de los campos. Ciriaco, el otro de los hermanos, escrituró la donación de su propiedad a su cuñada y, al poco tiempo, murió. Uno de los problemas es que los campos no están divididos, por lo que sigue sin saberse qué parte le correspondía a cada hermano.

Después de la muerte de Ciriaco, en 2007, apareció Normi a quien Pedro -el tercero de los hermanos- le dijo que era su hija biológica. Ella, quien ahora tiene 40 años, realizó una demanda de filiación y una prueba de ADN comprobó el relato.

César Ochi, exabogado de Pedro Titti y ahora de Liliana Basualdo asegura a este diario que Normi "lo vio dos veces en su vida" al hombre y que todo lo que dice es "ficcional; sólo busca quedarse con dinero por eso empezó con las maniobras. A Pedro, incluso, le molestó mucho que ella hiciera el juicio de filiación".

En 2016 se realizó el matrimonio de Pedro con Nilda, la hermana de Liliana; al momento de la boda él tenía 84 años y ella 27. Inmediatamente comenzó una guerra judicial: su hija pidió a la Justicia que declarara nulo el casamiento porque su papá padecía "incapacidad neurocognitiva" y relató que él le contaba que su vida era un "calvario", que vendía leche en un carro cuando no tenía necesidad de hacerlo. El año pasado la Justicia anuló el casamiento.

"Cuando se hizo la boda el juez de Paz no puso objeciones; él decide casarse porque quería beneficiar a Nilda y le explicamos que, de todos modos, su hija también iba a heredar. Él era alcohólico por lo que su salud no estaba bien; dos años después de casarse -cuando la Justicia declara la nulidad- estaba enfermo", dice el abogado Ochi y enfatiza que la sentencia previa que existía era "sólo de restricción para la disposición onerosa de sus bienes, no para casarse".

Normi Titti está convencida de que las Basualdo quisieron a aprovecharse de los hermanos y sostiene que espera cobrar lo que le "corresponde". A medida que avanzan los días, se suman denuncias cruzadas y causas judiciales.


UN PUEBLO PENDIENTE

Nilda Basualdo apeló la declaración de nulidad pero, desde hace meses, el dinero del alquiler del campo se deposita en la Justicia, por lo que ella sigue trabajando y sus condiciones de vida son "muy básicas". Se espera la resolución de la Cámara sobre el casamiento.

Todos los vecinos de La Para conocieron a los Titti y a las Basualdo y ahora están pendientes de esta historia; hay distintas posiciones y -por supuesto- hasta crecen los relatos sobre cada uno de los protagonistas.

"Hay una confabulación contra nosotras para sacar dinero -subraya Liliana a este diario-. Estamos mal porque nos ensucian y nos exponen. Norma pensó que no saldríamos a defendernos, pero no queremos quedar así. Pasamos muchas cosas feas con Pedro y ella ni siquiera fue al velorio". Sostiene que siempre trabajaron en el campo; cortando leña, haciendo tambo y criando animales.

Rechaza que alguna vez ella o su hermana hayan impedido a Norma ver a su padre: "Nunca quiso verlo; sólo quiere quedarse con la herencia". Por el acuerdo entre hermanos, 41 hectáreas eran las de Pedro, mientras que las 176 hectáreas que le quedaron a Liliana están rentadas hasta 2021.

"Nunca me podría aprovechar de los Titti porque para nosotras fueron nuestros segundos padres; nos educaron y nos enseñaron a trabajar. Les estoy muy agradecida; con la renta que tengo sostengo a mi familia", apunta Liliana quien en 2014 se volvió a casar y tiene cinco hijos.