Fue acusado de vender droga y tener un arsenal. Fue condenado en un juicio abreviado.
La Justicia condenó a 4 años y 6 meses de prisión efectiva a un hombre sospechado de comercializar estupefacientes y de guardar un arsenal en su vivienda, algunas de las cuales habrían pertenecido a otro importante “dealer” de la zona. En el Palacio de Tribunales se celebró ayer un juicio abreviado en el que condenaron a Eduardo Rufino Castillo, el cual habría sido miembro de la barra de del Club Atlético Mitre.
Sobre Castillo pesaban los cargos por el supuesto delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y tenencia de armas de guerra y de uso civil condicionado, en concurso ideal de delitos”, en perjuicio de la salud pública. La compleja causa se originó el 27 de septiembre del 2018 cuando efectivos de la Seccional 6ª y de la División Prevención acudieron ante un llamado telefónico que alertaba sobre un incidente en un domicilio ubicado sobre calle Meteo Pereyra del barrio 8 de Abril.
De acuerdo con lo manifestado por las fuentes, la protagonista fue una mujer, quien habría sido pareja del acusado, la cual habría exhibido un arma de fuego en la vía pública. Con una orden de allanamiento, los uniformados ingresaron y se llevaron una sorpresa al descubrir un arsenal. En el interior secuestraron una escopeta, una pistola calibre 12/70, una pistola calibre 22 largo con 8 proyectiles, un revólver calibre 22, una radio portátil y 22 cartuchos 9 mm. Además, los uniformados encontraron dos balanzas de precisión, un blíster de pastillas de un poderoso ansiolítico, recortes de nailon, papelillos y otros elementos que denotaban la comercialización de sustancias. Los efectivos alertaron del hallazgo a la fiscal de narcomenudeo, Dra. Aída Farrán Serlé, la cual dispuso el secuestro de todos los elementos y que se realicen las averiguaciones para establecer a quién le pertenecían. La investigación determinó que el propietario del inmueble era Eduardo Rufino Castillo, miembro de la barra de Mitre; de la investigación también se desprende que las armas las habría recibido de otro importante “dealer” de ese sector de la ciudad.
Aquel 27 de septiembre Castillo no pudo ser ubicado, pero la investigación en su contra continuó. La Dra. Farrán Serlé solicitó una orden de detención en su contra y la jueza de Control y Garantías, Dra. Sara Harón, hizo lugar al requerimiento y la Policía logró ubicar en la vía pública al sospechoso recién el 5 de noviembre último. Desde ese momento el acusado permanecía tras las rejas y ante la cantidad de evidencias en su contra, su defensa aceptó un acuerdo de juicio abreviado con la representante del Ministerio Público Fiscal.