La Pulga lideró la victoria 3-0 del equipo Culé sobre el Manchester United.
Lionel Messi volvió a vestirse de héroe en el Barcelona al darle la clasificación a su equipo. Después de un primer cuarto de hora en que Manchester United impuso las condiciones en el Nou Camp, el futbolista rosarino frotó la lámpara y, con un doblete, allanó el camino hacia una goleada por 3-0 que puso a su equipo en las semifinales de la Champions League.
Fue todo dudas e incertidumbre en el conjunto blaugrana durante los primeros 15 minutos. De hecho, no habían transcurrido 30 segundos cuando Marcus Rashford estuvo muy cerca de poner en ventaja al equipo inglés, que tuvo a Sergio Romero entre los suplentes (Marcos Rojo estaba convocado pero quedó fuera del banco).
El disparo del delantero visitante impactó en travesaño y salió de la cancha, pero eso no desalentó al United, que mantuvo la presión en campo contrario y cortó todas las líneas de pase del equipo catalán, que se mostró aturdido en ese lapso.
Barcelona comenzó a cambiar la cara cuando casi tiene un penal a favor. Messi se preparaba a patear cuando el árbitro alemán Felix Brych, VAR mediante, dio marcha atrás con su decisión de sancionar esa pena máxima, por una infracción sobre Ivan Rakitic que en realidad no existió.
Fue ese jugador croata el que poco después presionó a Young sobre el sector izquierdo de la defensa inglesa y provocó su error. El resto, fue todo obra de Messi, quien rompió una racha de seis años sin marcar en los cuartos de final de la Champions.
Lo hizo con su movimiento clásico desde la derecha hacia el centro, a los 15 minutos. En el camino, eliminó con un caño sobre Fred y con un amague a Jones. Finalmente, no le quedó más que ajustar la mira y rematar de zurda ante Smalling para acomodar la pelota contra el palo derecho.
Manchester United sintió el golpe. Messi y Barcelona olieron sangre, y no perdonaron. El segundo gol del argentino, que lo deja al tope de la tabla de goleadores de esta edición de la Champions, llegó con un nuevo error forzado en la salida de los Diablos Rojos.
A los 19, Messi se perfiló para su derecha, tras una recuperación alta, y sacó un remate que se desvió levemente en el camino y contó con una gran cuota de complicidad del arquero David De Gea, a quien la pelota se le escurrió por debajo del cuerpo.
De allí en adelante fue todo del conjunto culé, que terminó de ajustar las piezas que estaban un tanto sueltas en la mitad de la cancha e hizo correr de un lado hacia al otro a un elenco de Ole Gunar Solskjaer que definitivamente perdió su norte.
El complemento solo hubo tiempo para un gran gol de media distancia del brasileño Philippe Coutinho, a los 15 minutos, y para un intento de chilena de Messi que se fue apenas desviado.
Con un 4-0 en el global, Barcelona rompió el maleficio que le impidió ingresar a la ronda de los mejores cuatro de la Champions League en las últimas tres ediciones, y en semifinales chocará contra el vencedor de la llave entre Liverpool y Porto, que tiene ventaja para el equipo inglés por 2-0 y que se definirá este miércoles en Portugal.