Tucumán. “Me prometió que no va a volver a robar”, dijo la profesional que asistió a su asaltante.
Sorprendida por la repercusión del caso.
“Dicen que le salvé la vida, pero no. Los médicos no salvamos la vida de un paciente. Eso lo hace Dios. Uno no puede prolongar ni un segundo de vida de nadie. Sí puedo decir que evité que lo lincharan”, contó Cecilia Ramos, la médica de 50 años que auxilió a uno de los motochorros que, después de haberla asaltado en la puerta de su casa, chocó cuando escapaba.
“Los vecinos estaban enfurecidos. Le gritaban ‘hijo de p...; maten a esa lacra’, entre otras cosas. Querían golpear al chico por haberme robado la cartera. Lo único que hice es asistir a alguien que tuvo un accidente, como hago siempre”, agregó.
La mujer fue atacada el viernes a las 14 en la puerta de su vivienda, ubicada en Necochea al 1.000, cuando volvía de prestar servicios en La Ramada.
“Estacioné el auto y cuando fui a abrir la puerta, escuché la frenada y dije ‘ya cagué’.
Dos chicos iban en una moto y uno de ellos vino a sacarme la cartera. Forcejeamos un poco y escaparon a toda velocidad”, relató.
Cuando se escapaban en la moto, los asaltantes chocaron contra un móvil de la Policía. Uno de ellos quedó herido, tirado en el suelo; el otro huyó.
Ya sabía que me estaban por robar, pero bueno, luché por la impotencia o bronca. Creo que uno reacciona por eso”, añadió la médica.
“Me sacó la cartera y comencé a perseguirlos.
Fui corriendo varios metros intentando alcanzarlos o hacer algo a pesar de que ellos iban en moto y yo a pie. Les tiré con mis llaves y una botellita de plástico, pero no les hizo nada. Les grité hijos de p... porque fue lo que me salió”, contó en una entrevista con LA GACETA.
La profesional vive junto con su marido, también médico, y tres hijas. Una de ellas, que había escuchado los gritos de su madre, también persiguió a los ladrones. “Vi que ella corría y ahí si me asusté porque no sabía si estos tipos estaban armados. Uno a veces no piensa en eso. Actúa por bronca”, agregó.
“Cuando llegábamos a la esquina de Sargento Cabral y Bascary, escuchamos una explosión y vemos que un vehículo había chocado con una moto, pero no sabíamos que eran los ladrones”, contó.
“Reconocí mi cartera. Cuando escucho un accidente salgo urgente a asistir a las personas. Es algo natural en los médicos”, añadió.
Cecilia dijo que el delincuente que quedó tirado en la calle, era el que manejaba la motocicleta.
“Se golpeó fuerte y tenía lastimada una de las rodillas y el codo. Todo el tiempo se movía y se quejaba mucho. Le pedí a mi hija que me ayude a inmovilizarlo. Él quería sentarse a toda costa, pero le dije que lo mejor era que se quedara quieto y lo revisé”, contó.
“A mí sólo me importa lo que Dios mande y quiera. La mirada de él. Ayudo y estaré para todas las personas. Esos jóvenes me robaron, pero también son seres humanos”, expresó para justificar su acción.