Los policías habían catalogado a esta organización delictiva como Michilo S.A. La misma recaudaba casi 12 millones de pesos por mes.
La organización narco que desarticularon el viernes por la tarde, es una “Pyme” familiar con la particularidad que funcionaba como un “mayorista” de estupefacientes, que revendía la sustancia a los “dealers” que tenían sus quioscos en los distintos barrios de la ciudad.
“Michilo S.A.” fue el nombre que usaron algunos investigadores para referirse a la organización desbaratada en las últimas horas y que significó el golpe más importante al narcomenudeo desde que se desfederalizó este tipo de delitos.
La Dirección de Drogas Peligrosas de la Policía de la Provincia ejecutó seis allanamientos en forma simultánea el viernes por la tarde y se logró secuestrar 7 kilogramos de cocaína y más de $5.000.000.
Con el correr de las horas, se conocieron más detalles de los operativos y de cómo desarrollaba su actividad ilícita la banda.
Informes del personal de investigaciones y denuncias anónimas, abrieron el umbral para que los efectivos de Drogas Peligrosas comenzaran a seguir atentamente los pasos del clan familiar de “Michilo”, un hombre que residía en el barrio Primera Junta, pero que tenía propiedades en otros puntos de la ciudad.
Tareas de vigilancia, seguimiento, intervenciones telefónicas permitieron a los policías establecer cómo operaba la organización.
Para los investigadores, “Michilo” sería el cabecilla y para llevar adelante su “negocio”, habría confiado en los más cercanos: su pareja, hermanos, cuñados y hasta los suegros.
Según indicaron las fuentes, los ocho detenidos -tres de ellos mujeres- que resultaron de los allanamientos, tienen algún vínculo familiar de sangre o bien político.
Los detenidos fueron alojados en distintas dependencias policiales y quedaron incomunicados a disposición de los fiscales de la Unidad de Lucha Contra el Narcomenudeo, Dres. Aída Farrán Serlé y Pedro Ibáñez.