¿Cuánto hay de real en todo esto? Un estudiante, de 19 años, quiso responder a esta cuestión con un experimento en Instagram.
Byron Denton se dedicó a publicar durante una semana fotos en las que mostraba un poder adquisitivo elevado. En realidad, como explicó posteriormente, se trataba de imágenes editadas en Photoshop. De esta forma, Denton incoporó bolsas de Louis Vuitton (que en realidad eran de una foto de Jaden Smith), mientras se le veía fuera de la tienda. O sentado en un (falso) jet privado, leyendo una revista.
Para hacerlo más creíble, Byron se fue a una tienda de Louis Vuitton se hizo varios Boomerangs y encuestas, preguntando a sus seguidores qué debía comprar.
En solo tres días, el joven consiguió cerca de 1.000 seguidores que estaban encantados con la vida de lujo que mostraba. Eso parece cuando siete segundos después de publicar una imagen ya tenía 500 'likes' y comentarios del tipo "amamos las compras que rompen por completo el banco".
A través de su canal de Youtube, Denton desveló la farsa: "Después de ver que Instagram no paraba de recomendarme vídeos con personas que fingían una vida ideal, pensé que sería divertido ponerle mi propio toque y fingir ser rico durante una semana".
La obsesión de muchos jóvenes por convertirse en influencers y llevar su ritmo de vida ha resultado perjudicial. Una chica llegó a acumular una deuda de 8.000 euros solo con sus tarjetas de crédito. La mayoría de viajes que hizo en 2016 fueron estrictamente para subir contenido a la red social.
No es la primera vez que una persona decide mostrar la cantidad de vidas impostadas que hay en las redes sociales. Una bloguera fingió hace casi un año un viaje a Disneyland París para demostrar que no hay que creer todo lo que se ve en Instagram.