Se trata de un grupo de oficiales que trabajó en una base del Comando Radioeléctrico de la capital provincial entre 2016 y 2018.
A través de un megaoperativo y de diferentes fuerzas de seguridad provinciales, la justicia de Santa Fe detuvo a lo largo del lunes a 22 policías pertenecientes al Comando Radioeléctrico, a quienes se los acusa de delitos como "falsedad ideológica, apremios ilegales, robos calificados, vejaciones y allanamientos ilegales".
El operativo, que constó de diez allanamientos, fue parte de una investigación llevada a cabo por el fiscal del Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe, Ezequiel Hernández, y todos los detenidos prestaron servicio en la base 3 del comando radioeléctrico de la capital provincial entre el 2016 y el 2018.
La causa se inició a raíz de varias denuncias recibidas en la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía. Así, durante la investigación participaron representantes de la Gendarmería, integrantes de Asuntos Internos de la Policía santafesina y oficiales de la Unidad Regional I de Santa Fe capital.
Para los integrantes del caso, se puede estar ante "un escándalo institucional de dimensiones insospechadas.
"Son varias causas que se vienen investigando desde hace tiempo por distintos hechos ilícitos. Hay abusos de arma, falsedad ideológica en instrumentos públicos, torturas, apremios ilegales y robos calificados", afirmó el subsecretario de Control de Fuerzas de Seguridad, Ricardo Giusepponi, en rueda de prensa.
"Fue una sucesión de mecánicas ilícitas enquistadas en el sector de la mala policía", agregó.
Entre los diferentes ilícitos encontrados por la fiscalía se hallaron nombres de policías en actas con incongruencias, detenciones con desfasajes graves en las declaraciones de los aprehendidos, allanamientos y apremios ilegales, robos a las personas detenidas y vejaciones y torturas durante los procedimientos.
Asimismo, se realizó una vasta lista de elementos secuestrados entre los que se registraron unas 976 municiones de pistoles y escopetas de diferentes calibres, 14 armas de fuego, un chaleco antibalas, una mira telescópica, cuatro cuchillos y 20 cargadores. Además, se secuestró una CPU de escritorio, tres laptops, una tablet, siete chips de telefonía celular, 31 teléfonos móviles, cuatro cámaras de fotos, una agenda de anotaciones, seis tarjetas de memoria.
De acuerdo a los investigadores, no se trataría de una asociación ilícita, sino "una pandilla de ladrones inescrupulosos que se escudaban en el uniforme para delinquir". En tanto, también se investiga si este grupo vendió armas a delincuentes en el mercado negro.
Un caso similar
Hace poco más de un año, el propio fiscal Hernández imputó a seis policías del Comando de la Costa por hechos muy parecidos al de este caso. Según informó el diario La Capital, en aquel momento la jefa del departamento, un oficial y cuatro suboficiales fueron detenidos, acusados de delitos muy parecidos a los del caso actual.
El modus operandi de esa banda radicaba en detener a un ciudadano vulnerable por contar con antecedentes penales o conflictos con la ley y se aprovechaban de él: le robaban todas sus pertenencias y disfrazaban el hecho como un procedimiento en flagrancia. Los policías ingresaban a los domicilios de las víctimas, les exigían dinero, armas y drogas y se llevaban la mayoría de objetos de valor que pudieran de esos domicilios.