El director de la Escuela de Policía de la vecina provincia reconoció que se enfermaron dos cadetes, pero dijo que no fue a causa del entrenamiento. “Estuvimos a la par de ellos en todo momento”, aseguró.
“Sí tuvimos dos casos de aspirantes que fueron internados. Uno de ellos ya recibió el alta y el otro sigue internado por precaución”, explicó el comisario Ramón Ávila. “Tuvieron la atención que correspondía y en el momento en que era necesaria”, aseguró el director del Instituto de Educación Superior de la Policía.
Los aspirantes a cadetes, según confirmó el responsable de la escuela, se enfermaron en los últimos días cuando estaban realizando un período de adaptación. “Bajo ningún aspecto fueron maltratados o fueron exigidos más de lo normal. Fueron 85 los aspirantes que hicieron esa adaptación, y tuvimos esos dos casos únicamente”, indicó.
“Por nuestra decisión fueron llevados al Centro de Salud donde fueron atendidos por los profesionales. Padecieron un problema, según explicaron los médicos, conocido como rabdomiólisis. Fueron tratados a tiempo, al igual que los otros cadetes que sufrieron lesiones musculares y traumatismo”, insistió Ávila. Se trata de una enfermedad producida por necrosis muscular que provoca la liberación a la circulación sanguínea de diversas sustancias que en condiciones normales se encuentran en el interior de las células que componen el tejido muscular. Esas sustancias pueden generar problemas renales.
El director del IES indicó que todos los aspirantes a cadetes deben superar un examen físico y médico para poder empezar con el cursado. “Los cadetes no sufrieron ningún maltrato. Ellos tienen rutina que comienza a las 6 y se extiende hasta las 18. Pero no todo el tiempo hacen actividades físicas, sino que también deben ocuparse a cuestiones académicas”, explicó.
“A la mañana hacen educación física hasta media mañana. Después de una buena tarea de hidratación y refrigerio, siguen con la instrucción de rol de policía. Almuerzan, descansan y después siguen con las clases. Por la tarde, tienen otra vez educación física, pero en este caso, son tareas de recuperación y de estiramiento para que justamente, no se vean agobiados por la actividad”, explicó Ávila.
El director de la Escuela señaló además que los cadetes que sufrieron este problema no sólo cuentan con el acompañamiento médico, sino psicológico. “Nos pusimos a disposición de los familiares y acompañamos a los chicos diariamente. Esperamos que los jóvenes evolucionen lo más rápido posible para que, si ellos quieren, puedan volver a cumplir su sueño. Quiero destacar que esto no es el servicio militar obligatorio; los aspirantes pueden renunciar cuando ellos quieran”, destacó.
Antecedentes
En 2017, dos cadetes tuvieron el mismo problema. Luis Reales fue internado por un cuadro renal grave. Sus familiares dijeron que esa fue la consecuencia de haber realizado actividad física excesiva. Días después quedó al descubierto otro caso similar. Los familiares de esos cadetes presentaron una denuncia penal que fue investigada por la fiscala Adriana Giannoni. Por esos casos, cuando finalizó el ciclo lectivo, Ávila asumió al frente de la Escuela de Policía.
El legislador Fernando Valdez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, dijo que volverá a presentar un pedido de informes sobre estos nuevos casos y anunció que presentará un proyecto para mejorar los controles y la educación que reciben los aspirantes en la Escuela de Policía. En 2017, parlamentario había hecho lo mismo. “Recibí vaguedades de respuesta”, indicó.
Fuente: La Gaceta.