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Día Mundial del Sueño: el 64% de los argentinos padece algún trastorno

Una encuesta realizada a adultos de 12 países reveló que si bien aumentó la conciencia sobre el efecto del sueño en la salud general, para la mayoría de las personas lograr un descanso de buena calidad sigue siendo difícil.

15/03/2019

Se sabe que el buen descanso es reparador. Y que los adultos deben dormir por día mínimo ocho horas para rendir en sus actividades y mantener un buen estado de salud. En los niños, el sueño es, además, motor de crecimiento.

Pero lo cierto es que el ritmo de vida cambió, el día laboral se prolongó y en promedio las personas duermen dos horas menos que hace 20 años. Además, con la llegada del celular, las computadoras, la televisión e internet se estimulamos de más el cerebro, exponiéndose a la luz artificial hasta la madrugada, lo que impide que el organismo entre en la fase de reposo. El "combo" lleva a que muy pocas personas logren la meta de descanso recomendada. No sólo la cantidad de horas es una utopía imposible de lograr para muchos, sino que la calidad del sueño durante las horas que se duerme también deja bastante que desear.

Bajo el lema "Sueño saludable, envejecimiento saludable", el Día Mundial del Sueño, creado y organizado por World Sleep Society, y que se conmemora hoy, busca generar conciencia de los beneficios para la salud y la calidad de vida que el buen descanso proporciona.

El médico neumonólogo Eduardo Borsini es coordinador de la Unidad de Sueño del Hospital Británico y aseguró que "lograr una buena calidad y cantidad de sueño mejora las posibilidades de tener buena salud física, cognitiva y emocional". "En un adulto reduce riesgos de obesidad e hipertensión y protege contra los deterioros de la edad y enfermedades como el Alzheimer, incluso se ha asociado a la reducción de las tasas de depresión".

"Para muchos adultos, dormir de siete a ocho horas puede ser determinante para mejorar su salud física y mental. Investigaciones recientes muestran la importancia de la cantidad adecuada de sueño para la salud del cerebro, ya que, durante el sueño, el cerebro elimina toxinas potencialmente dañinas para el envejecimiento del cerebro que se acumula durante el día mientras estamos despiertos", destacó el especialista.

Más conscientes, pero menos dormidos

La encuesta The Global Pursuit of Better Sleep Health (La búsqueda mundial de una mejor salud del sueño), realizada por el Grupo KJT en nombre de Philips, líder mundial en tecnología de la salud, estudió a 11.006 adultos de 12 países para recoger las actitudes, las percepciones y los comportamientos en torno al sueño. Los resultados mostraron que mientras aumenta la conciencia sobre el efecto del sueño en la salud general, para muchos en todo el mundo, lograr una salud del sueño de calidad sigue siendo difícil.

El relevamiento anual demostró que a pesar de que el 77% de los adultos encuestados reconoció que el sueño tiene un efecto sobre la salud, el 62% admitió que duerme "sólo algo bien". Y el 44% afirmó que su sueño empeoró en los últimos cinco años. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor de 70 millones de norteamericanos sufren de problemas crónicos de sueño y de una mala salud del sueño, que se traduce en la privación del sueño, la cual tiene una gran correlación con la depresión, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades neurocognitivas e incluso el cáncer.

La encuesta recabó información de adultos de Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Japón, Países Bajos, Singapur, Correa del Sur y los Estados Unidos. Los hallazgos mostraron que la mayoría de los encuestados preferirían consultar en internet que a un médico cuando se trata de asuntos relacionados con el sueño.

Ocho de cada diez adultos del mundo quieren mejorar la calidad de su sueño, pero la mayoría (el 60%) no buscó la ayuda de un profesional médico. Cuando se enfrentan a problemas de sueño, los encuestados dijeron que también es más probable que recurran a fuentes de información en línea para sus inquietudes con respecto al sueño. Aún más preocupante, el 65% de los que informaron tener apnea del sueño nunca usaron la terapia de apnea del sueño para tratar su enfermedad, o ya no la usan.

"Estos datos sugieren que mientras la gente se está despertando a la realidad de que el sueño es fundamentalmente importante, para la mayoría de la gente lograr un sueño de calidad sigue estando fuera de su alcance", reconoció Mark Aloia, PhD, líder mundial en cambio del comportamiento y cuidados respiratorios y del sueño en Philips. "Si queremos tomarnos en serio el sueño y abordar los aspectos sociales y emocionales de un sueño deficiente, debemos comenzar a demostrar que podemos abordar estos problemas de manera fácil y significativa con el apoyo de una sólida ciencia clínica".

La encuesta también descubrió que el 76% de los adultos del mundo experimenta al menos una afección de la lista que afecta su sueño, donde el insomnio (37%) y los ronquidos (29%) son los más comunes, un aumento con respecto a la encuesta de 2018, que había mostrado que el 26% informaba insomnio y el 21% ronquidos, respectivamente.

Específicamente en la Argentina, la encuesta anual del sueño (2018) de Philips develó que el 64% de los argentinos admiten padecer insomnio, ronquidos, apnea, síndrome de las piernas inquietas, narcolepsia u otra condición que lleva a un trastorno del sueño. Entre las razones principales se destacaron el preocuparse por cuestiones financieras o económicas y la penetración de la tecnología, con un 36%.

Más allá de estos motivos, en la Argentina, el 54% de los adultos reconoció el impacto significativo que el sueño y la falta del mismo tienen sobre su salud y bienestar general, incluso más que el ejercicio, la seguridad financiera y el tema de la nutrición.

Cuando el mal descanso envejece

El envejecimiento es un fenómeno complejo que afecta la capacidad para realizar diversas funciones y todos los seres humanos envejecen a distintos ritmos, pero progresivamente. El buen dormir es uno de los factores con evidenciada implicancia en este proceso y existen certezas suficientes de que proporciona un envejecimiento saludable.

El sueño tiene un papel importante en la función inmunológica, el metabolismo, la memoria, el estado de ánimo y el aprendizaje. Razón por la cual, la privación del sueño es uno de los factores que -junto a una dieta no balanceada, falta de ejercicio y predisposición genética- puede aumentar las chances de contraer enfermedades metabólicas, como sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, infecciones y enfermedades cardiovasculares.

Existen alrededor de 80 patologías relacionadas al sueño, siendo las más comunes en los mayores: el insomnio, el trastorno del dormir del ritmo circadiano (tipo de avance de la fase de sueño), los trastornos respiratorios, el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) y el Trastorno del Movimiento Periódico de las Extremidades (TMPE).

El síndrome de apneas-hipopneas obstructivas durante el sueño (SAHOS) es uno de los más comunes en los adultos mayores. Afecta entre el 4 y el 20% de la población general, aumentando progresivamente este porcentaje luego de los 50 años. Es una patología que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración (apneas) superiores a los diez segundos que suman, en muchos casos, dos o más horas de inadecuada oxigenación en una sola noche y que se acompaña de diversos síntomas o complicaciones. De las personas afectadas, sólo una de cada cinco es consciente de su problema y se somete a un oportuno tratamiento, el cual es eficaz en el 90% de los casos.

Las apneas se repiten durante toda la noche y la falta de oxigenación genera importantes problemas psíquicos, sociales, laborales, neurológicos y cardiorrespiratorios. Por otra parte, los accidentes de tránsito provocados por la somnolencia o falta de reacción al conducir constituyen también una complicación común que compromete la vida tanto de estos pacientes como de sus familiares y de la sociedad toda.

"El principal síntoma que tienen los pacientes con apneas obstructivas del sueño es el cansancio diurno crónico, acompañado de somnolencia intensa durante el día, una situación que muchos pacientes no se explican al estar convencidos de que durmieron lo suficiente como para estar tan cansados. La razón de esta paradoja es que el afectado, al estar dormido, obviamente no es consciente de estas pausas respiratorias que interrumpen el sueño, por lo que si no ha oído hablar de esta enfermedad no sabe a qué se debe su sensación de cansancio". El médico neumonólogo Luis Darío Larrateguy (MP 6015) es coordinador de la sección Sueño y Oxigenoterapia de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y señaló que "otro signo asociado con la apnea del sueño es el ronquido fuerte. Este ronquido se produce al final de cada interrupción respiratoria (apnea), es fuerte y estrepitoso, tanto que despierta y asusta al compañero de cama o habitación".

Para llegar al diagnóstico, la persona presuntamente afectada de apnea debe dormir una noche en una Unidad de Sueño o Laboratorio de Sueño, donde se le someterá a una polisomnografía. Aunque en muchos casos, cuando la Unidad de Sueño tiene la experiencia necesaria, estos pacientes pueden estudiarse en el domicilio con equipos simplificados.

"Esta prueba incluye un electroencefalograma, un registro de los movimientos de las piernas y de los músculos del mentón, un electrocardiograma, un registro de los ronquidos, un registro de la respiración por nariz y boca, otro registro de los movimientos respiratorios de tórax y abdomen y el índice de oxigenación de la sangre", precisó el especialista.

Afortunadamente existen tratamientos para tratar los problemas relacionados al sueño y, dependiendo de la gravedad del cuadro, se elegirá el más adecuado a seguir, que en la mayoría de los casos es favorable y que permitirá al paciente disfrutar de una nueva calidad de vida, ya que por fin tendrá un sueño reparador y un envejecimiento saludable.

Claves para un mejor descanso

El médico neumonólogo Facundo Nogueira, jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas, dio una serie de recomendaciones para mejorar la calidad y cantidad de sueño.

– Darle al sueño la importancia que tiene. Dormir no es una pérdida de tiempo ni resta capacidad para hacer otras cosas. Sino todo lo contrario, un descanso adecuado nos permite estar plenos durante el día. Los especialistas recomiendan descansar entre siete y nueve horas diarias.

– Reducir la exposición a pantallas después de las 23 ya que el uso del teléfono celular en horas de descanso equivale a tomarse una taza de café o comer chocolate, dos factores que colaboran a retrasar el sueño. Permitir que el cuerpo sepa que se acerca la hora de dormir y pueda relajar.

– Ser prolijos con la alimentación. La cena no debería ser la comida más importante del día. Evitar las comidas pesadas en la noche porque prolongan el proceso de digestión en momentos en que debemos dormir. Respetar las cuatro comidas del día.

– Hacer actividad física regular. Dos a tres veces por semana, preferentemente por la mañana y la tarde. No durante la noche, ya que contrario a lo que se cree, hacer deporte en la noche es contraproducente para el organismo.

– Siesta. Una buena siesta puede ser necesaria en momentos en que una persona está realmente cansada. No deben ser largas, conviene que no excedan los 20-30 minutos. De lo contrario el cerebro es desorientado sobre los procesos metabólicos.

– Evitar el consumo de cafeína después de las 17. Cuidado con el chocolate, café, y las bebidas cola, por su alto poder estimulante.

Fuente: Infobae